Expresidente de la Sociedad China de Economía Mundial y director del Instituto de Economía y Política Mundial en la Academia China de Ciencias Sociales
Tribuna

Puede que en la cumbre del G-20 en Osaka Trump y Xi Jinping hayan acordado reanudar las negociaciones, pero la salida a la guerra comercial sigue estando lejos. Después de todo, ambos líderes llegaron a un acuerdo similar en la anterior cumbre del G-20, celebrada en diciembre en Buenos Aires, y esas conversaciones acabaron en el fracaso, no en menor medida porque Trump confundió la actitud conciliatoria de China con debilidad.

Yu Yongding

Según se dice, Estados Unidos presiona a China para que acepte mantener estable el valor del renminbi, como parte de un acuerdo para poner fin a la guerra comercial entre las dos economías más grandes del mundo. Es una demanda que China debe pensarse dos veces antes de aceptar, como parece que está dispuesta a hacer.

Yu Yongding

El desempeño económico de China en 2018 fue bastante decepcionante. Según las estadísticas oficiales, la tasa de crecimiento del país hasta el final del tercer trimestre fue de 6,7%, la más baja desde la crisis financiera global. La situación real probablemente fue inclusive peor.

Yu Yongding

Muchos analistas aseguran que la guerra comercial entre EEUU y China perjudicó al presidente Donald Trump en las recientes elecciones legislativas. Lo cierto es que el enfrentamiento iniciado a comienzos de este año por Washington se ha agudizado rápidamente. Trump ya impuso un arancel adicional del 25% sobre bienes chinos por un valor de 50.000 millones de dólares, y un arancel adicional del 10% sobre bienes por otros 200.000 millones de dólares. A menos que los líderes de los dos países puedan sellar un acuerdo en la próxima reunión del G20 en Buenos Aires, la situación probablemente empeore. Esas son mejores noticias para China que para Estados Unidos.

Editorial

Nadie gana en una guerra comercial. Aun así, el presidente norteamericano, Donald Trump, parece decidido a entablar una con China, a quien culpa de causar el déficit comercial de Estados Unidos, violar las reglas de la Organización Mundial de Comercio y utilizar prácticas injustas para adquirir tecnología extranjera.

Yu Yongding

Nadie gana en una guerra comercial. Aun así, el presidente norteamericano, Donald Trump, parece decidido a entablar una con China, a quien culpa de causar el déficit comercial de Estados Unidos, violar las reglas de la Organización Mundial de Comercio y utilizar prácticas injustas para adquirir tecnología extranjera. Si bien la mayoría de los economistas se asombran ante la ignorancia de Trump sobre cómo funcionan las balanzas comerciales, en términos generales muchos concuerdan con sus acusaciones respecto de la propiedad intelectual (PI). Pero la evidencia que respalda estos argumentos también es débil, en el mejor de los casos.

Opinión | Yu Yongding

El mes pasado, Donald Trump disparó la primera andanada de medidas de lo que rápidamente se está convirtiendo en una guerra comercial con todas las letras. Si bien el comercio es hace tiempo motivo de fricciones en la relación chinoestadounidense, pocos esperaban semejante escalada, sobre todo porque los economistas en general consideran que las guerras comerciales perjudican a todas las partes. ¿Cómo llegamos a este punto? ¿Podemos revertirlo antes de que sea demasiado tarde? Ante todo, Trump no parece entender cómo funciona el comercio internacional. Piensa que los 500.000 millones de dólares de déficit comercial de EEUU con China implican una pérdida: el resultado de gobiernos estadounidenses incompetentes que permitieron a sus homólogos chinos aprovecharse de ellos. De hecho, según Trump, EEUU ya perdió una guerra comercial con China hace años.

Yu Yongding

Después de años de intervenir con el objeto de administrar la tasa de cambio del renminbi, el banco central de China, llamado Banco Popular de China (BPCh), está bajo presión para flotar la moneda. Pero, no será fácil lograr el equilibrio correcto entre aflojar el control que esta institución ejerce sobre el tipo de cambio y mantener la estabilidad monetaria.

Yu Yongding

Desde hace de una década, la economía China ha estado subida a una montaña rusa. Ahora que empieza 2018, ¿se acercará el país a un nuevo ascenso, una caída brusca o algo intermedio? Antes de la crisis económica global de hace una década, la economía china crecía a un ritmo vertiginoso, pero cuando esta impactó el índice de crecimiento se hundió con fuerza. Gracias a un paquete de estímulo de 4 billones de dólares, el crecimiento enseguida tocó fondo y empezó a subir de nuevo, llegando al 12,2% en el primer trimestre de 2010.

Yu Yonding

El 11 de agosto de 2015, el Banco Popular de China (PBOC) determinó que la paridad central del tipo de cambio del renminbi frente al dólar estadounidense se fijaría con referencia al precio de cierre del día de operaciones anterior, dentro de una banda del 2%. Fue una decisión audaz para tener un tipo de cambio más flexible e impulsado por el mercado. Pero el anuncio de la reforma hizo que el mercado entrara en pánico, lo que desencadenó una caída del 3% del renminbi en apenas cuatro días de operaciones. De manera que se la abandonó rápidamente.