No es insólito en estos tiempos que las noticias se fabriquen precisamente para ser contadas. El extraño caso de Isabel Pantoja en Mónaco es un claro ejemplo. Antes, las cosas pasaban y salían en la prensa. Ahora, se generan informaciones con el fin de llenar portadas. La presencia de la tonadillera en Montecarlo es en realidad un artificio para justificar su resurgimiento sin que ella tenga que recurrir a las broncas familiares para armar su relato y justificar el caché de una exclusiva.