La primera vez que vine a España en 2012, me sorprendió que la mayoría de mis amigos locales siguieran viviendo con sus padres. Un buen día le pregunté a mi amigo Pedro: "¿Cómo es que vives con tus padres con 31 años?". Y él, con media sonrisa, me respondió: "No es tan raro, Jesús se fue de casa a los 33". "Pero… ¿Jesús era español?", insistí. Pedro me miró extrañado: "Claro que no, idiota".