La transición hacia un sector eléctrico sostenible exige medidas profundas y concretas. Una de las medidas que resulta más significativa es la eliminación del SF6 de los equipos de media y alta tensión. Este gas fluorado, con un potencial de calentamiento global 23.500 veces superior al CO2, ha sido durante décadas una solución eficiente para la industria, pero su fuerte impacto ambiental obliga ahora a la comunidad internacional a replantear su uso. La nueva normativa de la Unión Europea, que prohibirá progresivamente el hexafluoruro de azufre (SF6) a partir de 2026, evidencia el comienzo del cambio de paradigma.