OPINION
Las empresas tienen por delante grandes retos. La pandemia que ya dejamos atrás y que revolucionó la manera de trabajar y consumir, la todavía abierta guerra en Ucrania, la escasez de chips y otras casuísticas a nivel macroeconómico han transformado el entorno sobre el que se desenvuelven. Para poder hacer frente a estos nuevos desafíos, las compañías deben ser ágiles, productivas y creativas. El reto principal reside, por tanto, en romper con la tradicional manera de hacer las cosas.