Raciel Sosa
Atraer talento en una organización tiene que ver con el poder de la marca; una atracción que hace que las personas quieran trabajar ahí, es decir, es una cuestión de percepción. Y retener tiene que ver con la cultura de la empresa.
Atraer talento en una organización tiene que ver con el poder de la marca; una atracción que hace que las personas quieran trabajar ahí, es decir, es una cuestión de percepción. Y retener tiene que ver con la cultura de la empresa.
Emprender significa arrancar de cero un nuevo proyecto empresarial que satisfaga una necesidad del mercado y genere un retorno sobre la inversión.
Un buen líder contesta de forma clara y concisa a las siguientes preguntas: qué quiero lograr, para qué lo quiero lograr, cómo lo voy a lograr y cómo lo voy a medir. Tiene las respuestas y las acciones que permiten asegurar que estas premisas las tiene resueltas tanto en su mente, como en la mente de sus colaboradores.
En el siglo pasado y durante muchos años el área de capital humano en una organización era, digamos, “un mal necesario”. Las empresas tenían a alguien contratado y personas que realizaban la contratación, quienes se ocupaban de administrar la parte legal de un empleado, compensaciones, vacaciones … es decir, un departamento de gestoría totalmente transaccional. No se visualizaba esta área como un “copiloto” de la dirección general.
La cultura es un conjunto de creencias, paradigmas y comportamientos que se viven de forma constante en una organización, lo cual da como resultado la vivencia de los valores y el logro de sus objetivos. Es, en definitiva, la atmósfera que se respira en una empresa, lo cual puede facilitar u obstaculizar la vivencia de valores y de resultados.
La evaluación de desempeño es un proceso crítico para mejorar los resultados de negocio de una organización y la motivación de sus colaboradores. Esta herramienta permite valorar, en un determinado periodo de tiempo, los resultados de un empleado, bien sean positivos o aquellos que no lo son tanto y se pueden mejorar.
Jefe es una persona que tiene autoridad formal sobre otra, mientras que un líder es aquel que influye en el comportamiento de otra persona, para generar un resultado positivo. En este sentido, diríamos que la diferencia importante radica en que un líder no necesariamente tiene autoridad, aunque, por supuesto, puede tenerla; existen jefes que son auténticos líderes.
El programa “Semillero de Talentos” es una práctica que busca preparar cuadros de reemplazo para los niveles superiores en una organización; básicamente se trata de identificar a aquellas personas que tienen gran potencial y saber detectar su talento.
La frustración está relacionada con un sentimiento de tristeza y enojo, que se genera cuando no logramos nuestros objetivos.
Es importante señalar que la capacitación es una iniciativa que está regulada, por lo que las empresas tienen la obligación de capacitar a su personal. Y, actualmente, debemos buscar esquemas de capacitación, acordes al contexto que estamos viviendo, a nuestro tipo de negocio …