Los rumores sobre su frágil estado de salud iban 'in crescendo' en los últimos días y la princesa ha dado un paso al frente este martes para cerrar todas las bocas que apuntaban a que estaba aislada y en tratamiento médico. Cogida de la mano de su marido, el príncipe Alberto, Charlene de Mónaco ha presidido dos actos oficiales para los que ha elegido, además, el color blanco, símbolo de pureza, inocencia y transparencia.