La grada del accionista
Es difícil calificar a una compañía que en los últimos años ha repartido entre sus accionistas cerca de un 7% anual con sus pagos con una clara incapacidad para crecer. Pero la expresión vaca lechera a la que alude más de un analista quizá sí ilustre el que, en gran medida, ha sido el funcionamiento de Endesa en los últimos años. La que en su día fue la primera eléctrica española se ha convertido en una generosa proveedora de dividendos para su matriz, la italiana Enel, dueña del 70,1% del capital, que se embolsa el grueso de la abultada retribución que reparte.