El funcionamiento de la cadena alimentaria cuenta con muchos eslabones: agricultores, ganaderos, pescadores, industria, distribución… Su permanencia en el tiempo o, lo que es lo mismo, su sostenibilidad, se sustenta en tres pilares: social –de las personas–, económica –rentabilidad– y ambiental –relacionada con el uso de los recursos naturales–. Con frecuencia escuchamos que el más débil es la producción agrícola y ganadera porque está integrada en su mayoría por pequeñas empresas familiares cuya actividad se localiza en el medio rural.