El metal dorado no empezó con muy buen pie el año, en febrero acumulaba un retroceso del 11% mientras la reapertura económica y la vacunación avanzaba. Sin embargo, a medida que los contagios aminoran uno de los mayores temores de los mercados parece haberse hecho realidad, la inflación ha llegado y el miedo a una subida desmedida de los precios está empujando al alza al oro. El lingote recupera todo el terreno perdido en el año y sube más de un 7,5% en el mes de mayo, se sitúa así por encima de los 1.900 dólares y se encamina a cerrar su mejor mes desde julio de 2020.