
Con los selectivos marcando recientemente máximos históricos cuando aún la pandemia no está derrotada, muchos expertos se preguntan si detrás de las alzas de las bolsas hay una burbuja que no tardará en explotar. Los analistas de Bank of America han publicado un informe en el que señalan algunos parámetros de la renta variable estadounidense que se encuentran actualmente en niveles semejantes a los vistos antes del estallido del mercado bajista que siguió al crash de las puntocom y a la crisis financiera de 2008.
Uno de los principales aspectos que destacan los analistas es el alto PER al que cotiza el S&P 500 (número de veces que el beneficio estimado está incluido en el precio de la acción) ya que este se sitúa por encima de las 22 veces, franja similar a la establecida antes del crash de las puntocom y lo que supone cotizar un 35% más caro que su media histórica situada sobre las 16 veces.
En cuanto al ERP, la prima de riesgo de las acciones (la mayor rentabilidad que un inversor exige a un activo, por aceptar el riesgo que incorpora en relación a los activos que se consideran libres de riesgo), el banco de inversión señala que esta está actualmente por debajo de los 400 puntos básicos lo que significa un gran apetito por el riesgo y "una señal negativa". Este ratio se sitúa por debajo de la media que ha venido perfilando desde el final de la crisis financiera y sobre niveles previos al estallido de dicho crash.
Otro aspecto que señalan los analistas es que a pesar de la recuperación de las acciones, la alta dispersión de las valoraciones (PER de los activos) del S&P 500 que sigue siendo demasiado elevada. Según BofA, esta se sitúa por encima de los 0,55 puntos, niveles no vistos desde la crisis financiera de 2008 y desde el estallido de las puntocom. Los expertos de la entidad estiman un impacto del 8% en el S&P 500 si la dispersión simplemente se redujera a la mediana histórica.
Además, los analistas destacan el fuerte impacto que tienen las políticas monetarias en la disparidad de las valoraciones de los activos y como estas medidas elevan las acciones de baja calidad y de alto riesgo en detrimento de las de mayor calidad. Sin embargo, los expertos señalan como a medida que los estímulos se van retirando de los mercados tras los shocks económicos los valores tienden a volver a la normalidad y las acciones mayor calidad tienden a avanzar en detrimento de las de mayor riesgo
Pese a todos estos parámetros que guardan relación con periodos previos en los que el mercado se quebró, solo el 7% de los inversores consultados por el banco de inversión consideran que estamos en una burbuja. Además, la entidad señala que solo el 58% de sus "indicadores del mercado bajista" se han activado frente al 80% o más que saltaron antes de los mercados bajistas anteriores.
Ante este contexto, los expertos de la entidad recomiendan comprar pequeños sobre grandes, cíclicos sobre defensivos, inversión sobre consumo y acciones sobre bonos. "Dada nuestra perspectiva positiva sobre el crecimiento económico y de las ganancias, más el potencial de una gran recuperación en el gasto de capital, preferimos áreas ligadas al PIB y al gasto de capital", argumentan desde el banco.
Por último, desde la entidad destacan que siguen siendo optimistas en la economía pero no en el S&P 500, y aseguran que su modelo técnico se ha vuelto bajista para el índice. Esperan así que el selectivo acabe el año sobre los 3.800 enteros, nivel que se encuentra un 10% por debajo del actual.