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Thu, 26 Jun 2025 23:34:08 +0200
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Se va la jefa, aunque no del todo, pero deja su codiciado y mítico trono. Icónica. Única. Inconfundible con su corte bob, sus gafas oscuras y ese gesto eternamente indescifrable, llevaba desde 1988 como como Editora Jefe de Vogue Estados Unidos. 37 años, que se dice pronto. Servidora, la que les escribe estas líneas, tiene 35, por lo que la dimensión de los años que llevaba Anna Wintour al frente de la versión americana de la cabecera de moda icónica me impresionan más y más en cada línea que redacto. Y me cuesta, lo reconozco, porque al final, a pesar de haber sido durante décadas el rostro visible del poder en la industria de la moda, Anna Wintour sigue siendo para el resto de los mortales, paradójicamente, una gran desconocida porque ella siempre se mantuvo a salvo, protegida tras una fachada de hielo que pocos lograron penetrar. Aunque sí que es cierto que, con el paso de los años, dejó entrever parte de sus convicciones: no fue solo una estratega de estilo, también fue una mujer con ideas firmes, incluso políticas. Wintour no solo dirigía con puño de hierro desde el front row de los desfiles: también lo hacía desde las urnas simbólicas del mundo editorial.