José Vicente González
El próximo 25 de marzo la UE celebrará, en la capital italiana, la firma de los Tratados de Roma en 1957 que dieron carta de naturaleza al proceso europeo de integración, convirtiéndolo en el más ambicioso a nivel global. Un proyecto que ha de ser reforzado para servir de palanca conjunta a todos quienes lo conformamos. Porque, aunque no todo haya sido perfecto, algo lógico en un proyecto vital y vivo como la UE, sus éxitos superan con creces las dificultades, los esfuerzos y las decisiones que en todo proyecto común todos hemos de hacer.