Con la llegada del verano, resurgen en España los debates sobre el impacto del turismo. Cada vez son más las voces que atribuyen al turismo patologías no demostradas, económicas y sociales. En este contexto, sin embargo, quienes parecen estar bajo la lupa no son los actores que han alimentado el modelo durante años. Solo se incrimina a las familias que buscan disfrutar de unas merecidas vacaciones, los jóvenes deseosos de explorar el mundo y los miles de personas que alquilan sus viviendas o segundas residencias para complementar sus ingresos, en el ejercicio de sus derechos civiles inherentes a la propiedad, incluida su función social.

Vicepresidente Ejecutivo del Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía