Presidente de la Asociación Nacional de Constructores Independientes (ANCI) y miembro de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras

Vivimos desde hace ya muchas semanas bajo la guadaña de la pandemia del coronavirus. Diezma a miles de personas, enferma a decenas de miles y somete a todos al dolor y a la desesperanza. Vaya para todas las víctimas y enfermos nuestro dolor y nuestro afecto. Y además amenaza a millones con el paro, la penuria y la pobreza. A éstos hay que buscar y ofrecer una solución. Trataré de colaborar en algo con estas líneas.

Jaime Lamo de Espinosa

Los trenes fallan en Extremadura porque hace ya demasiado tiempo que descarriló la inversión en infraestructuras. En Extremadura y en el resto de España. Las penosas vicisitudes del tren extremeño han erigido a esta comunidad en paradigma de las consecuencias del déficit inversor en infraestructuras que padece el país, aunque en una nueva senda de cambio desde el año pasado. Y así se ha convertido en icono de la situación del ferrocarril convencional y, con razón, se han sucedido noticias donde abundan alusiones a la "España invertebrada" y a "autonomías de primera y de segunda".

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