J. R. Pin Arboledas
En términos ganaderos, lo que ha pasado con Cristina Cifuentes se llama acoso y derribo de la res. Subidos en el caballo los jinetes la lacean y empujan con la garrocha hasta que es derribada. La pregunta que viene a la cabeza con los acontecimientos del llamado Asunto Cifuentes es: ¿a quiénes habrá pisado los callos Doña Cristina para que se lancen... de forma tan dura y despiadada a su derribo? Por supuesto, que a los de otros partidos, que ven, con una malévola sonrisa, cómo desaparece de candidata una política que estaba construyendo una imagen de eficacia cuando menos. Pero ¿y en el propio partido habrá también algunos frotándose las manos? Cuando pisas callos de los que te conocen de cerca, hay que tener más cuidado, porque saben de tus fortalezas y de tus debilidades ¡Dura vida del político! ¿Quién va a quererse dedicar a esta profesión en la que se está expuesto de esta manera cruel a la opinión pública y a la opinión publicada, radiada, televisada y en las redes difundida.