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Muchas personas, al menos de manera informal, le toman el pulso a la economía a partir de su percepción del consumo. La afluencia en supermercados, grandes superficies o calles comerciales puede ser la referencia del momento del mercado y, también, del bolsillo de los consumidores. La salud del retail es, en efecto, un buen indicador económico, como también lo es la inversión en este segmento, si bien, en este caso, los grandes inversores prefieren echar un vistazo a los datos para determinar en qué punto se encuentra el sector.

El abanico de opciones de inversión inmobiliaria es cada vez más amplio. Y muchas de sus alternativas, si bien no son necesariamente recientes, sí son ahora más visibles. Es el caso de la inversión en trasteros, que se ha consolidado como una fórmula para obtener rentabilidades por encima de la inflación en un plazo corto. Pero también el de la nuda propiedad, cada vez más conocida como alternativa para invertir en inmobiliario.

Pese a que la incertidumbre sobrevuela el mercado inmobiliario, en 2023 la inversión en el sector residencial seguirá siendo una decisión acertada, dado que la vivienda es uno de los activos que mejor resiste la inflación. Y lo será fundamentalmente para los pequeños ahorradores e inversores que buscan alternativas para proteger su dinero y obtener rentabilidades que otros productos financieros no ofrecen. No olvidemos que España sigue siendo, además, un país de propietarios.

No es ningún secreto la importancia de la inversión extranjera en el mercado inmobiliario español. En el primer trimestre del año pasado, el 91% de la inversión inmobiliaria que se materializó en España fue de capital internacional, según datos de Cushman & Wakefield.

Lo vemos casi a diario en las noticias. Acceder a una vivienda en España es una tarea complicada. Por un lado, los precios han subido cerca de un 5% en 2022. Por otro, para esa mitad de compradores que recurren a una hipoteca, los costes también son mayores. El euríbor se ha multiplicado por 17 respecto al mes de abril. El incremento medio en las cuotas para un préstamo a tipo variable se sitúa ya en los 3.000 euros anuales.

Las ventajas son evidentes. Inviertes en un bien cuyo valor crece con el tiempo. Sobre todo, si eliges bien qué reformas aplicas. Y, si no te basta con la revaluación, puedes alquilar tu vivienda y obtener rentabilidades de forma periódica. Además, a diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, con las acciones, puedes invertir en inmuebles con solo una fracción de lo que cuesta el activo -financiando el resto con una hipoteca-.

Los últimos 12 meses han sido tormentosos para el mundo cripto. La incertidumbre ocasionada por la alta inflación y la agresión rusa en Ucrania ha desempeñado un papel. Al fin y al cabo, no hay activos que sean un 100% ajenos a las turbulencias económicas. Pero la abrupta caída en valor de los tokens más utilizados -y singularmente bitcoin- ha sembrado dudas sobre la viabilidad de los criptoactivos como inversión.

Parece mentira, pero hace un año los tipos de interés estaban al cero por ciento, el euríbor seguía dormido, en valores negativos, y la inflación, aunque amenazante, no llegaba al 3,5% en la eurozona. Hoy, como sabemos, el precio del dinero está en niveles no vistos desde 2009, la inflación triplica la de septiembre de 2021 -aunque en España solo es un 35% mayor que hace un año- y el euríbor a un año rebasa el 2,5%.

Nassim Nicholas Taleb cree que la incertidumbre es algo "inmensamente deseable". El matemático y financiero de origen libanés considera que "la variabilidad ofrece información que te permite adaptarte muy rápidamente y protegerte del riesgo de cola", lo que podríamos denominar eventos extremos. Sin embargo, los mercados son poco amigos de la volatilidad y, en momentos como los actuales, ansían algo que dé certidumbre.