Estratega de marca
OPINIÓN

Imagínese que se dirige en coche a una ciudad donde no ha estado nunca. Cuando está llegando por la autopista, casi se pasa la salida porque la circunvalación ha cambiado su nombre por el de una marca de galletas. Atraviesa un túnel iluminado en rojo donde enormes pantallas proyectan el tráiler del último estreno de Hollywood. Y al llegar a la ciudad, aún confundido, no logra encontrar un aparcamiento público porque todos han sustituido su tradicional señal de una P por una Q, en referencia a la calidad de los productos del supermercado de la zona. ¿Surrealista, verdad?

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