Este 5 de febrero entra en vigor el embargo europeo a la importación de derivados de petróleo ruso, lo que, según los expertos, añadirá más tensión en los mercados y podría tener un impacto en los precios que marque el surtidor. Si a esto le unimos la decisión tomada por España de no prorrogar la bonificación estatal sobre el precio de los carburantes al conjunto de los ciudadanos -excepto a transportistas, agricultores, pescadores y navieras-, la situación se complica.