Fue el pasado mes de marzo en una iglesia de Valencia, donde recibió las aguas bautismales el hijo de la paraguaya Gabriela Guillén y Bertín Osborne. Una ceremonia íntima a la que no acudió el popular cantante a pesar de sus recientes declaraciones, en las que aseguraba que si le invitaban al bautizo del niño "claro que iría". Bertín hablaba así en la entrega de los premios Escaparate en Sevilla, pero fuentes cercanas alucinaban con esas palabras, conscientes de que ese sacramento ya se había celebrado hacía varios meses y que Bertín no había acudido de ninguna de las maneras. Una cosa es que no estuviera y otra, según dicen, que no lo supiera.