Fue el pasado mes de marzo en una iglesia de Valencia, donde recibió las aguas bautismales el hijo de la paraguaya Gabriela Guillén y Bertín Osborne. Una ceremonia íntima a la que no acudió el popular cantante a pesar de sus recientes declaraciones, en las que aseguraba que si le invitaban al bautizo del niño "claro que iría". Bertín hablaba así en la entrega de los premios Escaparate en Sevilla, pero fuentes cercanas alucinaban con esas palabras, conscientes de que ese sacramento ya se había celebrado hacía varios meses y que Bertín no había acudido de ninguna de las maneras. Una cosa es que no estuviera y otra, según dicen, que no lo supiera.

Fue en pleno apogeo de su romance con la cantante Isabel Pantoja. Coincidimos en un restaurante de la Moraleja, uno de los que se llena de ejecutivos al mediodía y te dejan la tarjeta de crédito tiritando. Mi amiga y yo no sentamos en una mesa y nada más coger la carta las dos nos levantamos para saludar a distintas personas. Ella fue directa a ESTHER Koplowitz que estaba dos mesas más a la derecha. Yo me acerqué al ver a Isabel Pantoja y Julián Muñoz comiendo en la misma sala. Tras los consabidos saludos mi amiga y yo volvimos a la mesa y nos dispusimos a degustar esos platos y ponernos al día. Pero a la hora de pagar el camarero llegó con sorpresa. Estábamos invitadas. Enseguida empezamos a deducir quién era el generoso. Ella creía que su amiga Koplowitz había tenido un detalle. Yo estaba convencida de que tenía razón. Hasta que el propio camarero nos sacó minutos después de la duda: había sido Julián Muñoz. Lo que pasó es que ya se habían ido y no podíamos darle las gracias.

Tal y como adelantó Informalia hace unos meses, la relación entre el empresario y coleccionista mexicano de origen asturiano Juan Antonio Pérez Simón y la abogada Teresa Bueyes no solo ha ido a más, sino que se ha convertido en una relación de lo más consolidada que ayer tuvo hasta su momento oficial en la inauguración de la exposición 'Setenta grandes maestros' que se celebró en la sala centro del Ayuntamiento de Madrid.

Recién llegada de la fiesta de presentación del documental María, sobre la vida de la periodista portuguesa María Cerqueira, novia de su padre adoptivo Cayetano Rivera, y sin apenas haber dormido un par de horas, Lucía Rivera es pura adrenalina a sus 26 años recién cumplidos. Tiene dos cosas que no fallan: juventud y belleza. Lo que más me gusta es que es de las mujeres más claras y transparentes que te puedes encontrar en un photocall. Hablamos en la fiesta del 30 aniversario de la firma de cosméticos NARS donde la hija de Blanca Romero luce espectacular con un vestido de seda marrón de los que marcan hasta los lunares. Esta eufórica y enamorada y eso es de agradecer.

Desde que el pasado día miércoles, Isa Pi (Isabel Pantoja) ingresara en un hospital del Puerto de Santa María aquejada de un fuerte dolor, que resultó ser una apendicitis, su madre no ha dado señales de vida en todo este tiempo. Tras examinarla los médicos decidieron que debía ser intervenida de urgencia para que ese apendicitis no se complicara como todas las alarmas hacían ver. No han sido días fáciles para la hija de la cantante que ha visto como la intervención ha contado con ciertas complicaciones que le han obligado a permanecer más tiempo del que todos hubieran deseado.

Después de las tormentas siempre llega la calma o al menos es lo que debería. Para Nacho Cano navegar sin oleaje sería casi imposible. Su vida son retos, proyectos que parecen imposibles y viajes que pocos emprenderían. Pero él es así para lo bueno y para lo malo: creativo a más no poder y un hombre sincero que no recurre a filtros para enfrentarse a los vaivenes o las leches que le da la vida.

En su silla de ruedas y con una sonrisa que no le cabe en la cara es como me recibe Cristina Almeida (Badajoz, 24 de julio de 1944), en una de las zonas ajardinadas de la Fundación San José de Madrid. Lleva más de cinco meses sufriendo en silencio las complicaciones de una delicada operación de espalda pero es fuerte y dura como una roca a pesar del dolor y de haber celebrado su 80 cumpleaños este verano en una habitación del hospital Ramón y Cajal.

La misa de 12 de este pasado domingo en la parroquia de San Agustín reunió de nuevo en primera fila, como tantas veces había ocurrido en estos últimos años, a Cari Lapique con su yerno, Antonio Matos. Juntos ocuparon esa primera bancada de un domingo que no era el de siempre y que ya nunca será igual. A su lado faltaba la hija y la esposa, Caritina, Goyanes Lapique, y esa ausencia la lamentan cada minuto de sus días.

Ni en las quinielas figuraba el nombre de la ex nuera de Carmen Borrego para ilustrar la portada de cualquier revista del corazón. Pero mira por donde Paola Olmedo da un posado con declaraciones a la revista Semana y es mi compañera Marta Bolonio quien repasa con ella todo lo que ha ocurrido en su vida desde que se casó y separó del nieto de María Teresa Campos en una entrevista que nos deja con ganas de más titulares y una segunda parte. Es su primera vez en solitario y prefiere ir un tanto descafeinada.

La tragedia que está viviendo la familia Goyanes Lapique ha salpicado también a todo su círculo de amistades, que lleva muchos días desolado y sin saber cómo poder ayudar en medio de tanto dolor. En ese círculo estrecho de íntimos de toda la vida se encuentra también Isabel Preysler. Recién llegada de Estados Unidos y cuando se dirigía a Marbella, donde tenía pensado pasar unos días y acudir al concierto que su hijo Julio José Iglesias iba a dar en Starlite, la muerte repentina de Caritina Goyanes hizo que alterara sus planes y pospusiera su viaje a Marbella, con el único fin de poder abrazar a su amiga Cari y darle todo su cariño. Así lo hizo cuando acudió en compañía de su hija Tamara e Iñigo Onieva al tanatorio de Tres Cantos donde se abrazó con su amiga e intentó consolarla en estos durísimos momentos. Días antes habían hablado por teléfono, tras el fallecimiento de Carlos Goyanes.