Desde que el pasado día miércoles, Isa Pi (Isabel Pantoja) ingresara en un hospital del Puerto de Santa María aquejada de un fuerte dolor, que resultó ser una apendicitis, su madre no ha dado señales de vida en todo este tiempo. Tras examinarla los médicos decidieron que debía ser intervenida de urgencia para que ese apendicitis no se complicara como todas las alarmas hacían ver. No han sido días fáciles para la hija de la cantante que ha visto como la intervención ha contado con ciertas complicaciones que le han obligado a permanecer más tiempo del que todos hubieran deseado.
En estos días de hospitalización, ha estado acompañada por su marido Ashraf Beno y por su hijo Alberto, así como su ex cuidadora Dulce o su representante. Su prima Anabel Pantoja también ha sido una las visitas que recibido en la habitación del centro hospitalario, y seguramente la única que haya puesto en conocimiento a la cantante de lo que estaba ocurriendo con su hija.
Y es que, a pesar de algunas informaciones que apuntaban que madre e hija habían tenido una emotiva conversación telefónica, fuentes directas me aseguran que esa charla no se ha producido y que hasta el día de hoy, Isabel Pantoja no ha contactado con su hija a pesar del susto y la operación.
En el entorno de Isa Pi hay bastante malestar por cómo la tonadillera no ha querido ni siquiera contactar o aparecer en el hospital y eso que se encuentra a menos de media hora de su casa en la finca Cantora. No entienden como una madre puede hacer oídos sordos a lo que está ocurriendo con una hija que siempre ha sido su locura.
Es verdad que los últimos meses la relación entre ambas se había diluido hasta el punto de que ni tan siquiera la cantante tenía contacto con su nieto Alberto, como tampoco comunicación con su hija, pero eso no quita que muchos recuerden como cuando se enteró de que su hijo Kiko Rivera fue ingresado en Sevilla tras sufrir un ictus la tonadillera no dudo en coger el coche y viajar desde Cantora hasta ese hospital para visitar a su primogénito en un momento tan delicado.
Aunque aquel encuentro terminó como el rosario de la aurora, dado que Kiko decidió echar a su madre del hospital y pedirle que nunca más apareciera, lo cierto es que el silencio que ha tenido con su hija es más clamoroso que todas las rencillas que hayan podido sufrir a lo largo de estos últimos tiempos.
Hasta para Isa ha sido un nuevo desplante que duele más al tratarse de un momento de su vida muy del delicado y con el susto todavía en el cuerpo de lo que ha vivido. Más aferrada que nunca a su marido e hijo ahora se prepara para volver a su domicilio y seguir con su rutina diaria de estudios de Derecho (los abandonó cuando Asraf se metió en Supervivientes pero los ha retomado de manera online) y programas de televisión. Todo alejada de una madre que después de esta semana parece que no habrá más tiempo para la reconciliaciones. Si había alguna posibilidad de que las cosas se arreglaran, tras este susto con la indiferencia o falta de interés que se ha visto por parte de Isabel, la grieta se hace ya casi imposible de cerrar.
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