Presidente de la Asociación para la Transición Energética (ATE)

La polémica suscitada en los últimos días en torno a la fiscalidad energética está generando inquietud entre los ciudadanos. Por un lado, crea una confusión muy notable que impide comprender correctamente cuál es el impacto que tiene sobre el ciudadano de a pie, más aún conforme nos acercamos al final del año y aparecen, como cada ejercicio, las tradicionales subidas de tarifas y precios regulados, entre los que destacan las facturas de la luz y el gas. Y, por otro lado, aquéllos que deben acelerar la transición energética, como son los inversores, los agentes del sector y las instituciones públicas, que viven en un ambiente de incertidumbre que provoca titubeos y parálisis a la hora de tomar decisiones.

La revisión del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC 2023-2030) ha generado un debate crucial sobre el futuro energético de España y su papel en la lucha contra el cambio climático, una ocasión que la Asociación para la Transición Energética (ATE) ha aprovechado para pronunciarse sobre el tema, enviando al Gobierno una serie de aportaciones con la esperanza de que sean tomadas en cuenta en el proceso de toma de decisiones.

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