Presidenta de AseBio y directora de Corporate Affairs de Merck en España

Esta semana, en el Reino-Unido con la aprobación de la primera vacunación, la innovación, la ciencia y la biotecnología han mostrado su fuerza y resiliencia. En un tiempo récord, han permitido obtener una vacuna contra la enfermedad que lleva casi un año amenazando el planeta y cobrándose miles de vidas. Con un gesto como este y con todos los que la investigación científica tiene pendiente, es posible abrir avenidas que nos lleven a salir de la actual crisis sanitaria, social y económica moviéndonos hacia un nuevo modelo de crecimiento económico sostenible y generador de valor.

Desde que saltasen las alarmas frente a la amenaza del nuevo coronavirus en diciembre de 2019 en Wuhan, China, la comunidad biotecnológica no ha parado de aumentar sus esfuerzos en el estudio del virus. El sector biotecnológico, como ya lo hizo en las crisis ocasionadas por otras enfermedades como el ébola, la gripe aviar, la tuberculosis o el SIDA, está redoblando su tarea en investigación y en el desarrollo de tecnologías y soluciones para frenar la pandemia.

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