Escribiendo cosas económicas desde 2018, pero ya he pillado unas cuantas crisis. Di mis primeros pasos en Europa Press y luego en El Confidencial. Ahora sigo el rumbo del dinero y los mercados en El Economista.

Crece cierto optimismo de que el débil crecimiento de la UE pueda acabar gracias al poder económico de la guerra. Trump está presionando a los países de la OTAN a que eleven su gasto militar por encima del objetivo de la alianza (hasta el 5% del PIB). Mientras esto ocurre, la guerra de Ucrania y las conversaciones de paz, que pueden favorecer a Putin, están llevando a la región a rearmarse más que nunca ante la amenaza que viene del este. La misma Comisión Europea ha afirmado que está estudiando un mecanismo de deuda común y congelar las reglas fiscales para favorecer este proceso. De la mano del mismo ya hay quien piensa que el PIB de la región puede verse favorecido por un gran gasto hacia la industria militar con más pedidos, puestos de trabajo y actividad. Sin embargo, crece el temor de que todo este tsunami de inversión genere un impulso muy limitado.

El activo refugio por excelencia, el oro, que lleva reincidiendo en nuevos récords cada sesión, ha conquistado una cifra totalmente histórica, los 3.000 dólares por onza. El metal amarillo ha superado esta jornada esta marca en medio atrapada en un clima de euforia, tras subir un 12,7% en lo que va de 2025. El metal lleva atrapado en una enorme espiral alcista ya un tiempo. A menudo los tiempos difíciles suelen ser su gran aliado, pues es el refugio favorito de los inversores cuando las tormentas de las crisis y las guerras emergen. Sin embargo, esta vez ha sido algo mucho más allá que un simple movimiento defensivo, una sucesión de factores ha conspirado para desatar un rally con pocos precedentes para esta materia prima.

Europa lleva ya más de tres años en los que ha atado los precios y la seguridad de todo su sistema energético a los caprichos del mercado. Hasta 2022 el 40% del suministro de gas en Europa venía de Rusia pero, con la guerra, todas las capitales se estremecieron ante la idea de que su gran proveedor fuera ahora su enemigo. Alemania, República Checa, Polonia, Hungría… Las quiebras se extendieron entre los principales afectados mientras el Viejo Continente trataba de desconectarse de Moscú a marchas forzadas. El gas natural representa un 26% de todo el mix energético europeo eso sí, es una parte clave del sistema pues cuando la renovable falla el gas es la clave para mantener el suministro. Si bien buena parte viene de los gasoductos de Noruega y Argelia, la realidad es que el 40% del suministro viene de barcos metaneros.

La economía de Venezuela ha despertado en 2024. Según fuentes oficiales, el PIB podría haber crecido alrededor de un 9% durante el año. Como no podía ser de otra forma, el petróleo está detrás de este despertar que, sin embargo, no cambia la compleja situación del país, pero sí había generado algo de esperanza. Ahora, este rayo de luz podría quedar sepultado por una decisión a miles de kilómetros de Caracas. El renacer de la industria del petróleo del país con más crudo del mundo pende de un hilo o más bien de una decisión que se tomará a miles de kilómetros. A su vez, esta decisión puede afectar de forma importante a Repsol y la petrolera americana Chevron, que son las empresas que están revolucionando la producción del 'oro negro', las dos firmas que han protagonizado el despertar petrolero venezolano. La Casa Blanca estaría valorando suspender las licencias especiales que permiten a estas dos petroleras (y alguna más) invertir y trabajar con el crudo venezolano, lo que a su vez ha propulsado la producción del país caribeño a niveles que no se veían en casi seis años.

El reinado bursátil de las Siete Magníficas ha llegado a su punto final. Durante dos años, las grandes tecnológicas han dominado los mercados, impulsadas por la revolución de la inteligencia artificial y su hegemonía en Wall Street. Pero ahora, el trono tambalea. Con la banca europea en pleno auge y los inversores girando su mirada hacia el Viejo Continente, los grandes bancos se postulan como los nuevos monarcas del mercado.

El mercado del gas se enfrenta a un momento especialmente delicado en Europa y todas las miradas están puestas en una decisión por parte de la UE: qué hacer con las reservas. Una serie de problemas que se han sucedido uno detrás de otro han provocado que los almacenes de la UE se vacíen de forma drástica. Concretamente estos se encuentran al 42% frente al 65% al que se estaban hace doce meses. En ese sentido, la UE tiene un mandato claro en su lucha por la seguridad energética: las reservas tienen que estar llenas al 90% para noviembre para garantizar el suministro.

Los halcones vuelven a volar una vez más y en el BCE ya se empieza a extender una idea de forma clara: los recortes de tipos tienen que parar. Hasta ahora todo parecía indicar que la institución monetaria había cedido a la idea de que el ciclo debía continuar, al menos, hasta llegar al tipo neutral que, en un informe publicado por el banco central hablaba de que este límite estaba en el 2%. Sin embargo, el viento parece estar cambiando y pesos pesados dentro del BCE hablan abiertamente ya de hacer un alto en el camino.

Las 'víctimas de los aranceles' parecen multiplicarse: países dependientes del comercio con EEUU, industrias como el motor… La nueva era de aranceles está provocando importantes movimientos y volatilidad. Uno de los que se está manifestando con más intensidad es el cobre, uno de los metales clave para todo tipo de industrias que ya sube un 14,63% en lo que va de año. Los expertos coinciden que este rally que hasta hace poco parecía inesperado viene de la mano de una guerra comercial latente que pone a este metal clave en el centro y que afecta así a la industria y sector del ladrillo del mundo entero. Sin embargo esto no vendría de Estados Unidos principalmente sino que, al ser este un gran importador neto, los inversores ya empiezan a dar por hecho que los adversarios de Washington responderán atacando este producto clave.

Alemania se encuentra en una situación muy delicada. La economía del país cedió un 0,2% en 2024 según los últimos datos del Instituto de Estadística germano. La rentabilidad de su industria, hasta ahora su gran fuerza, se ha desmoronado con la subida de precios de la energía, caída de la demanda internacional y un entorno monetario mucho más restrictivo. Una verdadera crisis en la que está atrapada con unas expectativas empresariales totalmente lastradas. Todo esto aderezado con unas elecciones que se resolverán este fin de semana y que están añadiendo una gran incertidumbre. Sin embargo, mientras esta es la realidad de sus empresas el Dax es uno de los mejores índices del mundo.