
Las 'víctimas de los aranceles' parecen multiplicarse: países dependientes del comercio con EEUU, industrias como el motor… La nueva era de aranceles está provocando importantes movimientos y volatilidad. Uno de los que se está manifestando con más intensidad es el cobre, uno de los metales clave para todo tipo de industrias que ya sube un 14,63% en lo que va de año. Los expertos coinciden que este rally que hasta hace poco parecía inesperado viene de la mano de una guerra comercial latente que pone a este metal clave en el centro y que afecta así a la industria y sector del ladrillo del mundo entero. Sin embargo esto no vendría de Estados Unidos principalmente sino que, al ser este un gran importador neto, los inversores ya empiezan a dar por hecho que los adversarios de Washington responderán atacando este producto clave.
De momento no hay aranceles contra el metal rojizo anunciados pero los que se han impuesto sobre el aluminio y el acero ya han entrado en escena con la imposición de un 25% a cualquiera de estos productos que entre en EEUU. Esto afecta a España, que importa 300 millones de euros en acero al año de este país. Esta amenaza generalizada probablemente no quedará sin respuesta y los economistas ya miran al cobre. "Los mercados ya están incorporando los aranceles tras la ofensiva de Washington" comenta Ewa Manthey, analista de ING.
Si bien los precios a nivel global han avanzado un 15%, el metal sea revalorizan un 20% en los últimos 12 meses, cotizando en los 4,61 dólares, en un periodo marcado por el ascenso de Trump y con los metales industriales siendo uno de los productos troncales en la agenda proteccionista del republicano. EEUU está realmente expuesto al golpe que puede generarse, dado que según los últimos datos del Servicio Geológico del país, la industria de EEUU dependen al 45% de los envíos extranjeros para abastecerse. En ese sentido hay dos grandes amenazas para el suministro: por un lado está Chile responsable del 35% de las importaciones de EEUU y Canadá, que representa el 26%.
Esta situación viene a agudizar el problema de un mercado realmente ajustado. Según datos de UBS el déficit de suministro alcanzará en 2025 las 200.000 toneladas. Es decir, el mercado está realmente estrecho y condenaba ya los precios a mantenerse altos. Sin embargo, el empujón de una guerra arancelaria pueda terminar de desatar el temido rally. El motivo de que esto pueda ser tan importante es que porque se trata de un metal tan esencial para la industria automotriz, eólica, la construcción, la industria química, militar, eléctrica… etc que su salud suele estar directamente relacionada con la de la economía mundial.
El impacto del cobre en la inflación
Es especialmente relevante es la construcción que consume el 46% del cobre a nivel mundial según Banca March y para los sistemas eléctricos de distinto tipo, que se quedan con el 21%. Esto ha llevado a que multitud de expertos utilicen la cotización como un termómetro de la salud mundial global calificándolo como el "Doctor Cobre". "la evolución de esta materia prima es tradicionalmente un buen indicador del ciclo ya que su demanda suele ir acompasada al ritmo de la economía global", sentencia Luis Fernando Coello, analista de Banca March.
Esta situación se había encontrado con grandes problemas. S&P global comenta en su último informe que hay "una escasa oferta de cobre extraído con la demanda mundial aumentando un 3,7% para 2025". Por lo tanto este mercado de precios ya altos se encuentra con que "en el momento que se llega a una guerra ojo por ojo se encarecerán estos bienes, algo que será altamente inflacionario". Desde Gavekal Economics comentan que "los precios de materias primas como el cobre están subiendo lo que contribuirá al problema de la inflación en EEUU".
Según el Centro de Estudios Estratégicos "los problemas de oferta del cobre tienen efectos significativos tanto en la inflación general como en la subyacente. Mientras que las subidas del petróleo provocan alzas instantáneas, la realidad es que a medida que la economía mundial se vuelve más intensiva en metales, lo que ocurre con el cobre puede provocar subidas en el IPC menos visibles inicialmente pero más persistentes".
Según Jorge Miranda Pinto, analista de la institución, una subida del 10% en los precios del cobre genera una subida del 0,2% en el PC en un plazo del 12 meses. Sin embargo, aunque parezca contraintuitivo el golpe se da en su máximos apogeo tres años después de una subida de precios provocando un 0,3% extra en la subyacente y del 0,5% en la general". El motivo es que mientras el crudo se utiliza para alimentar directamente la economía "el cobre (y otros metales) se usan no de forma directa sino como insumos indirectos para la producción bruta de productos debido a que afectan a la maquinaria y equipos eléctricos". Esto se ve particularmente bien en el sector de la construcción donde "la exposición indirecta a los metales básicos es cuatro veces mayor que la exposición directa". Una diferencia clave "en el modo en el que estas materias primas entran en la red de producción".
En ese sentido desde BCA Research crean que Trump se lo pensará dos veces e intentará evitar por todos los medios que socios como Chile y Canadá utilicen el cobre para contraatacar respecto al aluminio y el acero. "Es muy probable que Estados Unidos no imponga aranceles a las importaciones de oro, plata, platino y cobre" para evitar este escenario.
"La escasez de concentrado de cobre había ejercido una presión cada vez mayor sobre las tarifas de procesamiento, lo que hizo casi imposible que las fundiciones de cobre operaran de forma rentable"
Sin embargo recuerdan que lo que pase con el cobre de ahora en adelante dependerá más de China que de EEUU y que los aranceles serán solo una prima que infle los precios, tal y como estaría ya pasando sin necesidad de haberlos impuesto. China fue de largo el mayor devorador de cobre del planeta con 11,7 millones de toneladas métricas frente a las 1,884 millones de toneladas. Además una recuperación más fuerte de la actividad asiática también está afectando al metal, pero en menor medida dado que está no está siendo tan contundente como requerían las tesis más alcistas. Al mismo tiempo China está poniendo de su parte para aliviar los precios.
Al margen de una menor demanda, desde Commerzbank comentan que el enorme crecimiento de la producción minera en el gigante asiático estaba siendo la clave del mercado para confiar en una postura bajista. La producción creció un 4,1% en un solo año y gracias a la gran expansión en la fundición de cobre se espera que avance hasta un 10% más en los próximos tres años. "La escasez de concentrado de cobre había ejercido una presión cada vez mayor sobre las tarifas de procesamiento, lo que hizo casi imposible que las fundiciones de cobre operaran de forma rentable".
De momento los aranceles estarían frustrando las previsiones que se planteaban en la recta final de 2024 de que el cobre caería hasta un 12%. Al menos eso es lo que pensaban en su informe de diciembre Bank of America afirmando que la baja demanda china y la fortaleza del dólar (moneda en la que están denominados casi todos sus contratos). Sin embargo el cobre ya cotiza en los 9.395 dólares por onza y ahora el consenso de los analistas ha cambiado completamente. Ahora, para finales de año todos dan por hecho que