La semana pasada tuve la oportunidad de reunirme con el presidente de una importante gestora de valores española que quería conocer por qué había gente que invertía en criptomonedas o tokens de blockchain públicas. Era una cita programada y este era uno de los temas del orden del día.
La apuesta de futuro de los inversores en criptomonedas o tokens de protocolos abiertos descentralizados es la confianza en que puedan disrumpir el actual modelo de negocio de las empresas establecidas del Internet de la Información o en la forma de operar de otras muchas industrias asentadas.
En el mundo de las criptomonedas o criptodivisas se utiliza un instrumento que se conoce como ICO (Initial Coin Offering en inglés) para financiar el desarrollo de nuevos protocolos. Esta expresión, traducida literalmente al castellano significa Oferta Inicial de Moneda.
En mi primer artículo expliqué la importancia de la tecnología Blockchain en el Internet del Valor (importante para entender la diferencia entre las blockchain públicas y privadas) y en mi artículo de la semana pasada profundizamos en las razones que han movido a cientos de miles de personas a invertir en criptomonedas como bitcoins o ethers, entre muchas otras. Hoy explicaré cómo y dónde se compran estos nuevos activos de inversión.
La montaña rusa financiera de las criptomonedas -como bitcoin, ether y de las muchas otras existentes-, ha creado y deshecho fortunas en estos últimos años. Muchos de los primeros inversores del protocolo Bitcoin también invirtieron en las fases iniciales del protocolo de Ethereum, movidos por su pasión de crear una economía descentralizada.
En estos primeros años de vida, las inversiones destinadas al estudio y desarrollo en la tecnología Blockchain han superado en un 25% a todo el capital invertido en los albores de internet. Un dato objetivo que ilustra bien el interés que concita todas las facetas y posibilidades de esta nueva tecnología.
En 2015 y 2016 hemos asistido a una explosión de inversiones en startups y otras iniciativas empresariales en la investigación y desarrollo de la tecnología Blockchain. En 2016 el 50% del dinero invertido en empresas FinTech se ha destinado a compañías relacionadas con Blockchain. Todas las grandes empresas del mundo, incluidas las españolas, también están invirtiendo en esta tecnología que promete evolucionar el Internet de la Información hasta el Internet del Valor.