Tanto el Manchester United como su propietario Jim Ratcliffe, continúan sumergidos en una crisis deportiva y económica sin precedentes. Desde que se fuera el histórico Sir Alex Ferguson hace ya más de una década, el club no para de dar tumbos, el último este pasado miércoles con su hundimiento en bolsa tras perder la final de la Europa League ante el Tottenham, el cual no ganaba un título europeo desde hace 41 años. Una victoria hubiera supuesto la clasificación directa para la próxima Champions League, lo que conllevaría ingresos económicos importantes, pero en lugar de eso se tendrá que conformar con disputar únicamente los torneos nacionales después de terminar en la decimosexta posición de la Premier League.