
Ibercaja ha cerrado el primer semestre del año con un beneficio neto de 69,2 millones de euros, lo que supone un descenso del 8,9% en comparación con el mismo período del año anterior tras haber realizado una dotación adicional de provisiones por valor de 70,1 millones de euros como anticipo a los posibles efectos económicos de la crisis producida a raíz de la COVID-19.
Un resultado que se ha conseguido, a pesar de la dotación adicional de provisiones, por la actividad comercial, la diversificación de los ingresos en la gestión del ahorro y la disminución de los costes recurrentes.
Además, el impacto de estas provisiones extraordinarias se ha visto compensado por la contabilización de 53 millones de euros correspondientes a la comisión fija obtenida por la novación del contrato de seguros de no vida con CASER, cuyo importe total asciende a 70 millones de euros.
En este período, el margen de intereses se ha situado en 268,1 millones de euros, un 3,6% inferior al del mismo periodo del ejercicio anterior, estando marcado por el entorno de tipos de interés negativos en el que desarrolla la actividad bancaria minorista en estos últimos años.
Por su parte, las comisiones totales han ascendido a 182 millones de euros entre enero y junio, lo que representa un retroceso interanual del 4,9%. La brusca caída de los mercados en el primer trimestre ha supuesto una disminución en las comisiones de éxito de los fondos de inversión de 7,4 millones de euros, lo que ha repercutido en un descenso de 7,6 millones de euros en los ingresos de comisiones no bancarias en el semestre respecto al mismo periodo de 2019.
Los ingresos recurrentes (margen de intereses y comisiones) han sido de 450,2 millones de euros, lo que representa un descenso del 4,1% sobre el primer semestre del ejercicio anterior.
Los resultados por operaciones financieras (ROF) han caído un 82,8% y representan menos del 0,5% del margen bruto.
En este segundo trimestre se ha deteriorado al 100% la participación de Ibercaja en la deuda subordinada de la SAREB, lo que ha supuesto un impacto negativo de 10,4 millones de euros. Además, en el primer trimestre, Ibercaja registró un impacto negativo de 9 millones de euros asociado a la recompra anticipada de su emisión de TIER 2.
Los costes de explotación han bajado un 3,8% interanual hasta los 282,2 millones de euros por la vigilancia y revisión permanente de los gastos generales.
Con estas cifras, el resultado antes de saneamientos se cifra en 217,8 millones de euros, un 11,7% más que el registrado entre enero y junio de 2019, por la comisión obtenida en la renovación del contrato de distribución de seguros de no vida.
Las provisiones totales netas en el semestre han sido de 113,5 millones de euros, incluyéndose los 70,1 millones de euros que la entidad ha dotado hasta junio anticipándose al impacto potencial en los resultados del conjunto del ejercicio de los efectos de la crisis económica que está provocando el Covid-19.
Actividad
A pesar de la pandemia, Ibercaja ha mantenido la actividad comercial en este primer semestre del año, habiendo además implementado una amplia gama de medidas para atender las necesidades más urgentes en este nuevo contexto de particulares, autónomos, pymes y empresas.
En el caso de los particulares, la entidad ha concedido más de 7.700 moratorias en préstamos por parte de clientes con dificultades para hacer frente a las cuotas de su endeudamiento a raíz de la crisis de la COVID-19, siendo la mayoría de ellas hipotecarias. El volumen concedido ha ascendido a 634 millones de euros. De acuerdo con los datos facilitados por la entidad, el volumen de moratoria hipotecaria pública supone el 3% del total de la cartera hipotecaria de Ibercaja, estando por debajo de la media del sector.
En estos meses, la entidad también ha anticipado -sobre las fechas habituales de cobro- el abono mensual en cuenta de 367.000 pensiones de jubilación, 155.000 prestaciones para trabajadores en Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) y 61.000 prestaciones por desempleo de los clientes que tienen estos haberes domiciliados. También, se ha facilitado liquidez a más de 1.600 titulares de planes de pensiones individuales que cumplen los parámetros establecidos por el Gobierno de España.
Las formalizaciones de créditos y préstamos han sumado 3.451 millones de euros hasta el 30 de junio, lo que supone un 35% más respecto al mismo periodo del año anterior. De este importe, 2.300 millones de euros se han destinado a la financiación de empresas no inmobiliarias, lo que representa un aumento del 76% interanual, correspondiendo 1.293 millones de euros a las líneas de financiación ICO COVID-19 avaladas parcialmente por el Estado.
El 79% de las líneas de financiación ICO ha ido destinada a los autónomos y las pymes. En la actualidad, Ibercaja dispone de 440 millones de euros de la última línea de aval ICO para mantener su apoyo a la liquidez de autónomos, pymes y empresas, que podrán formalizarse hasta el 30 de septiembre.
En relación a los préstamos hipotecarios formalizados, su volumen en este semestre ha sido de 555 millones de euros, reflejándose tan solo un retroceso del 1,7% interanual frente a la caída del 20% que ha registrado en el conjunto de las entidades bancarias entre enero y mayo, de acuerdo con la información facilitada por el Banco de España.
En este primer semestre del año, los recursos de clientes administrados han aumentado un 3,2% (+1.952 millones de euros) hasta ubicarse en un total de 62.595 millones de euros, en gran parte, por el impulso del ahorro a la vista (+10,4% y 2.956 millones de euros) y a la recuperación entre abril y junio de los activos bajo gestión y los seguros de vida tras la caída de los mercados de renta variable en marzo (+5,6% y 1.459 millones de euros en el segundo trimestre).
En este período, también destaca el comportamiento de los fondos de inversión con aportaciones netas de 498 millones de euros, siendo la segunda cifra mayor del sector en España. El dinamismo de estas entradas y la positiva evolución de los mercados en el segundo trimestre ha permitido ha permitido que Ibercaja mantenga el saldo de fondos de inversión estable desde final de 2019, en el entorno de los 14.000 millones de euros, y ganar 30 puntos básicos de cuota de mercado en lo que va de año hasta alcanzar el 5,4%.
Solidez, solvencia y liquidez
En este período, Ibercaja también ha reforzado la solidez financiera de su balance, con una mejora de su ratio de capital CET1 Fully Loaded de 98 puntos básicos en el semestre hasta alcanzar el 12,3%.
El esfuerzo en la gestión de la inversión irregular ha permitido reducir el stock de activos improductivos un 3,5% en el semestre, incrementando a la par su ratio de cobertura en 396 puntos básicos desde el cierre de 2019, hasta el 55,6% actual.
En este período, Ibercaja ha logrado una reducción de los activos problemáticos brutos (créditos dudosos más adjudicados) de 67 millones de euros, un 3,5% en el semestre, de los que 29 millones de euros corresponden al segundo trimestre del ejercicio. El ratio de cobertura de estos activos ha aumentado hasta el 55,6%, 396 puntos básicos más que a cierre de 2019.
Entre enero y junio, la tasa de morosidad de Ibercaja ha seguido disminuyendo hasta el 3,73%, ubicándose 100 puntos básicos por debajo de la media del sector con la última información disponible correspondiente al cierre de mayo.
A su vez, Ibercaja ha reforzado la solidez financiera de su balance, con una mejora del ratio de capital CET1 Fully Loaded de 98 puntos básicos en este semestre hasta alcanzar el 12,3%.
En términos de Phased In, el capital CET1 se cifra en un 13,3%, mientras que el ratio de Capital Total se sitúa en el 17,8%. En ambos casos, superan holgadamente los requerimientos SREP para 2020: 8,125% y 12,5%, respectivamente.
La Ibercaja ha ampliado su holgada posición de liquidez, con un crecimiento de los activos líquidos de 3.069 millones de euros en el semestre, que permiten situar el ratio LCR en el 437%.
A los robustos niveles de solvencia, cobertura de los activos improductivos y liquidez, se añade un modelo de negocio diversificado, en el que el 37% de los ingresos recurrentes proceden de la gestión de activos y el negocio de banca seguros; y una cartera de crédito de bajo riesgo, centrada en hipotecas (66% del total, excluyendo sector público y entidades financieras) y con una baja exposición relativa a los sectores empresariales más afectados por la crisis (inferior al 5,5% del total de crédito). Estos factores, reforzados por la tradicional y distintiva prudencia en la gestión del riesgo crediticio, avalan a Ibercaja para afrontar con garantías el abrupto cambio de ciclo económico que ha provocado la pandemia, han añadido desde la entidad financiera.
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