
Es muy común congelar carne para poder cocinarla cuando más convenga, aunque se recomienda descongelarla de forma progresiva, sacándola varias horas antes, sin embargo, muchas veces necesitamos consumirla antes de que se haya dado este proceso. Para poder solventar este problema, existe un truco infalible que hace que sin usar calor y en tan solo unos minutos.
Para ello, tan solo hacen falta dos ollas, ya que gracias a su material, que es un gran conductor térmico, la carne se descongelará mucho más rápido que si se deja simplemente fuera de la nevera. No hace falta calentarlas, sino que basta con juntar las bases de las ollas y situar los alimentos en medio.
Este fenómeno se debe a que el calor de la temperatura ambiente se reparte por la superficie las ollas, así que al situar la carne congelada entre sus bases, también llegará el calor del ambiente antes. Si bien el tiempo de descongelación variará según el grosor del alimento, un filete de pollo tarda en descongelarse con este método unos 15 minutos.
Del mismo modo, en caso de solo tener al alcance de la mano tan solo una olla, se puede depositar la pieza de carne congelada en su base, ya que el proceso de descongelación será más rápido que al situarla en una bandeja, por ejemplo, debido a las características de conducción térmica.
Evitar intoxicaciones
Esta técnica es muy útil para aquellos momentos de necesidad, pero se recomienda tomar algunas precauciones, especialmente durante los meses de verano, ya que las altas temperaturas pueden provocar la proliferación de microrganismos que perjudiquen los alimentos.
Para ello, la principal recomendación es descongelar siempre en refrigeración (es decir, pasar los alimentos del congelador a la nevera, ya que, aunque pueden tardar más en descongelarse, disminuyen considerablemente los riesgos), y una vez cocinados estos alimentos, hay que consumirlos cuanto antes y no dejarlos fuera del refrigerador.
"Las altas temperaturas aumentan el riesgo de intoxicaciones alimentarias, especialmente peligrosas en personas mayores, niños, embarazadas o personas inmunodeprimidas", advierte el profesor de la Facultad de Farmacia y Nutrición y coordinador de la clínica UCAM Nutrición, Pablo Barcina. "El calor alegra a las personas... y a las bacterias también", afirma.
Entre los errores más comunes que favorecen las intoxicaciones, el profesor de la UCAM señala el de dejar alimentos cocinados a temperatura ambiente, usar los mismos utensilios de cocina para manipular alimentos crudos y cocidos, transportar comida sin refrigeración, no calentar suficientemente las sobras o confiar en el aspecto u olor del alimento como única medida de seguridad.
Es por ello que se recomienda mantener el frigorífico por debajo de los 5°C y cocinar por encima de los 70°C, evitando así sustos. Asimismo, aconseja descongelar siempre en la nevera, lavar bien frutas y verduras (incluso las que se pelan), evitar la mayonesa casera en comidas al aire libre, no reutilizar envases sin lavarlos previamente, refrigerar la compra cuanto antes o evitar consumir platos que deban estar fríos y ya no lo estén o recalentados.