Las calas de Jávea, directas al colapso por la saturación de vehículos: la solución del gobierno local

Los últimos fines de semana han sido especialmente complicados para las calas de la Granadella y la Barraca (Portixol) ambas muy conocidas en la zona de Xàbia. La llegada de bañistas que buscaban bajar en su coche particular a estos rincones de la Comunidad Valenciana han puesto, con razón, en un compromiso los accesos a estas calas.

A principios de junio se abrieron los sobres de las empresas que optaban al contrato del control del acceso a las dos zonas de baño. Sin embargo, ninguna empresa se había presentado, ni Vectalia quien había firmado los años anteriores el contrato para regular el acceso de los coches a las calas.

Las estampas que se habían dejado las primeras semanas de este mes ya adelantaban lo que iba a ser "un caos mayor", aunque todo ha quedado en un susto. Este fin de semana el gobierno local (PP, CpJ y Vox), después de haber publicado el anuncio de contratación el 12 de mayo, ha contratado una empresa de vigilantes que ya el sábado comenzaron a prestar servicio.

De esta manera, a las 10 de la mañana se baja la barrera, todas las zonas de aparcamiento se llenaron desde primera hora. Así es como se evita que los vehículos puedan circular por los estrechos accesos y plazas de aparcamiento sin que llegue el colapso.

Los controladores han ido informando a los bañistas que llegaban que no se podía bajar en coche. Mientras tanto señalaban la opción del "trenet". Se trata de un pequeño autobús que circula para bajar a la cala de Granadella y dejar a los pasajeros directamente a pie de playa.

La situación había llegado a su límite y no se podía repetir una nueva jornada con la angosta y serpenteante carretera saturada. Así, en caso de que haya un accidente, las autoridades, ambulancias y otros servicios de emergencia tienen vía libre para actuar.

Cuando se dio a conocer que iba a empezar a funcionar el "trenet" para bajar a la cala muchos pensaron que, como el concurso de vigilantes había quedado desierto, iba a ser todo un caos de tráfico. Y es que si una de las medidas de contención que se disponen para estas zonas de baño llegan a fallar el resto no tienen efecto, por lo que era de suma importancia bajar ya la barrera.

Este ha sido el año que ha quedado desierto el concurso, sí, pero a pesar del contratiempo que esto supone también es el año en el que antes está controlado el acceso. De norma general no se bajaban las barreras de los controles hasta finales de junio.