
Salta a la vista que el poder adquisitivo de los españoles se ha visto significativamente reducido en los últimos años. Compramos menos cosas por más dinero y los salarios no crecen al mismo ritmo que los precios, por lo que la situación tampoco invita al optimismo. De ahí que el ahorro de los hogares de nuestro país se situé en máximos desde 2021, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). La tendencia inflacionista, los tipos de interés, los elevados precios de la vivienda y del consumo en general empujan a cientos de familias a guardar cierta cantidad de dinero para tener un colchón que les cubra las espaldas en caso de imprevistos, aunque no siempre es fácil engordarlo.
Existen decenas de métodos de ahorro: Kakebo, ALP, la regla del 50/30/20, de las 52 semanas... pero ninguno parece ser suficiente cuando llegamos a fin de mes sin poder guardar ni siquiera 100 euros. Incluso así, seguramente muchos no conozcan el truco del espejo, una sencilla práctica que puede permitirnos multiplicar nuestros ahorros casi sin darnos cuenta de que lo estamos haciendo.
Es de lo más simple
El método del espejo no utiliza conceptos económicos complicados ni presuntuosos y tampoco da falsas esperanzas, por lo que cualquiera puedes ponerlo en práctica desde hoy mismo sin quitarse de ningún capricho, es más, podrías incluso darte alguno de más porque a mayor gasto, mayor ahorro espejo.
El truco está en reflejar el dinero que gastamos en lo que ahorramos, equiparando ambos comportamientos. Así, por ejemplo por cada 10 euros que gastemos en una camiseta, tendremos que guardar otros 10 euros en una hucha o una cuenta de ahorro, por cada 20 que paguemos por una comida, tendremos que ahorrar 20, y así sucesivamente.
Todo está basado en un principio psicológico conocido como asociación inmediata que se beneficia de la relación existente entre el sentimiento de pérdida al comprar algo y el esfuerzo que hemos hecho por conseguirlo. La clave está en usar esta sensación a nuestro favor: en lugar de sentirnos culpables por comprar, sentimos que nuestro ahorro va a crecer por hacerlo porque vamos a reflejar lo que hemos gastado en una cuenta de ahorro.
Si lo convertimos en un proceso rutinario, nuestro colchón financiero crecerá casi sin que nos demos cuenta, siempre que lo hagamos de forma consciente.
Cómo ponerlo en marcha
Para empezar ni siquiera es necesario abrir una cuenta aparte, vale con comprar una hucha en la que podamos separar el dinero que ahorramos del que gastamos a diario. Aunque tenemos que ser realistas: este método no está hecho para todo el mundo, ya que hay familias que por sus circunstancias económicas no pueden permitirse ahorrar lo mismo que gastan.
Es por esto que, para no sentir que lo hacemos en vano, hay que establecerse un tope mensual realista adaptado a nuestras circunstancias individuales, que en unos casos podrá ser de 200 euros y en otros de 500, por ejemplo. Para cumplir, lo mejor es incluir esta práctica en las compras de ocio o ropa, no los gastos fijos (alquiler, luz, agua, etc.) puesto que a estos les tenemos que hacer frente obligatoriamente cada mes.
Una versión aún más flexible si cabe es no ahorrar el 100% de los gastos, sino la mitad, algo que parece insignificante pero que a la larga marca la diferencia.
Un equilibrio a tener en cuenta
Entre los múltiples beneficios del truco del espejo, encontramos que fomenta el ahorro constante al hacer que el gasto vaya inevitablemente acompañado de un ahorro equivalente, algo que a su vez limita las compras compulsivas y nos obliga a reflexionar sobre cada gasto mientras nos permite disfrutar del presente sin comprometer nuestro futuro.
Relacionados
- Las personas que necesitan la televisión encendida sin volumen para dormir por la noche tienen estos 5 comportamientos, según la psicología
- Psicólogos explican la personalidad de quienes se visten de negro: estas son las razones para elegir ese color
- Estos son los principales métodos de ahorro para lograr una buena salud financiera