
Tras la pérdida de compañías emblemáticas como Siemens Gamesa o Euskaltel que nacieron y crecieron en Euskadi y contaron con el apoyo y ayudas de diferentes instituciones, el Ejecutivo vasco ha adoptado una actitud más proactiva para frenar la deslocalización de su tejido empresarial, con la participación en su capital.
Esta estrategia se ha intensificado en la etapa de Imanol Pradales como lehendakari, ya que en sus seis meses al frente del Gobierno autonómico tiene a dos compañías estratégicas vascas inmersas en operaciones corporativas que pueden impactar en su arraigo en Euskadi: Talgo y Uvesco.
El principal accionista del fabricante ferroviario, el fondo británico Trilantic, negocia con Sidenor para venderle su participación cercana al 30%. Talgo tiene su sede social y fiscal en Madrid y una planta de 700 empleados en Álava. Caso de prosperar la operación con el grupo siderúrgico, Euskadi podría recuperar una empresa con sello vasco.
También hay un frente abierto con el dueño del 70% de los supermercados BM, el fondo francés PAI Partners, que ha cancelado la venta a Carrefour, pero sigue queriendo desinvertir. En ambos casos el Gobierno Vasco se ha ofrecido a entrar en el capital, si se presentan proyectos viables que aporten actividad, empleo y arraigo. En el caso de BM, ha sugerido que se presente una oferta de inversores locales.
Además de Talgo y Uvesco, hay muchas otras compañías que pueden necesitar en un futuro la protección del ámbito público vasco, ya que los fondos extranjeros encuentran atractiva la inversión en la pyme vasca.
Por esta razón, el Ejecutivo de Pradales pone a punto su artillería y, además, promueve nuevas iniciativas para tomar participaciones en empresas estratégicas.
Inversión de 104 millones
Finkatuz, el fondo para el arraigo creado en 2021 -tras la integración de Euskaltel en MásMóvil-, dispone de más de 200 millones para futuras operaciones, entre las que podrán estar de forma inminente las citadas de Uvesco y Talgo. Con un tamaño de 307 millones, ya se ha ejecutado una inversión de 104 millones en tres grupos vascos que operan en los sectores aeronáutico, ITP Aero; ferroviario, CAF; y agroalimentario, Kaiku.
En noviembre del 2022, el Gobierno Vasco -en manos de Iñigo Urkullu- firmó la entrada de Finkatuz en el accionariado de ITP Aero, junto con Bain Capital, logrando un porcentaje de participación del 6% y con una inversión de 65 millones de euros.
Un mes después, el 20 de diciembre, el Ejecutivo autonómico cerró la compra del 3% de CAF: el 1,76% mediante mercado continuo y el 1,24%, mediante la adquisición de las participaciones en Socade (Sociedad de Capital Desarrollo de Euskadi). Este 1,24% fue adquirido en 2017. La inversión total en el fabricante ferroviario guipuzcoano asciende a 32 millones.
También en diciembre de 2022 se aportan las acciones de Kaiku del Instituto Vasco de Finanzas a Finkatuz, representando el 7,31 % de la sociedad y una inversión de siete millones.
Para reforzar el arraigo, Euskadi ha conformado un clúster inversor y financiero vasco e impulsará un fondo soberano vasco público-privado para proteger sus empresas.
Vetos del pasado
El Gobierno Vasco, además de su participación en empresas, ha ejercido en ocasiones el veto a operaciones corporativas susceptibles de poner en peligro el arraigo vasco.
Entre ellas, destaca la protagonizada por Iberdrola y ACS en 2010, con el socialista Patxi López en el Ejecutivo, impidiendo con la presidencia de Sánchez Galán el acceso al consejo de Iberdrola de ACS.
También es reseñable el freno del Gobierno de Urkullu a un intento de fusión entre Kutxabank y Sabadell en 2020.
Relacionados
- El Gobierno Vasco reclama una oferta local por Uvesco porque sigue en venta
- Iñaki Alonso (Gobierno del País Vasco): "Vamos a realizar inversiones estratégicas en sectores tractores"
- Sidenor, Sepi y Gobierno Vasco plantean la compra del 40% de Talgo sin lanzar opa
- José Antonio Barrena (Norgestión): "La empresa vasca necesita apoyo para comprar compañías, no para defenderse"