
La famosa marca de salsas Heinz ha tomado la delantera en el mercado del kétchup con una ingeniosa estrategia que busca combatir el fraude en los restaurantes y fortalecer la confianza del consumidor. Bajo el lema 'The Label of Truth', Heinz ha encontrado una forma sorprendente de garantizar que sus clientes realmente están disfrutando del kétchup auténtico de la casa estadounidense.
Desde su popularización en las hamburgueserías norteamericanas, el kétchup se ha convertido en un elemento esencial en las cocinas de todo el mundo. Sin embargo, la aparición de otros productos en el mercado ha generado confusiones. En un esfuerzo por proteger su reputación y la lealtad de los consumidores, Heinz se ha enfrentado a un problema que ha afectado su imagen: el fraude de kétchup.
El plan del color
Según cuenta el medio graffica, la clave de esta innovadora propuesta radica en la utilización del color. Heinz se dio cuenta de que muchos restaurantes pequeños rellenan sus botellas vacías con kétchup de otras marcas, engañando a los comensales desprevenidos.
Para contrarrestar esto, la marca colaboró con la agencia creativa Somos 1984 en Chile y desarrolló una etiqueta que presenta el color exacto de su kétchup, identificado por un código Pantone específico.
Ahora, si el color del kétchup que se encuentra dentro de la botella no coincide con el de la etiqueta, los consumidores sabrán que no están consumiendo el producto original.

Filtro en Instagram
El medio señala que, además de esta estrategia visual, Heinz lanzó un filtro en Instagram que permite verificar la autenticidad del kétchup mediante la comparación del color en la botella y el borde de la etiqueta. Esta herramienta digital no solo brinda información a los consumidores, sino que también involucra a la audiencia en la defensa de la integridad de la marca.
Los consumidores han elogiado la transparencia de Heinz y su compromiso con la calidad, lo que ha resultado en un aumento del 24% en la utilización del kétchup original en restaurantes. Este éxito no solo beneficia a los consumidores, sino que también alimenta la competencia en el sector, empujando a los restaurantes a optar por productos auténticos para no ser cuestionados por sus clientes.