
Francia atraviesa por estos días una crisis por el desabastecimiento de uno de sus condimentos más preciados y simbólicos: la mostaza Dijon. Así es, el mal de la escasez también llegó a Francia, tal como el que se vive actualmente en nuestro país, pero por la falta de hielo en el mercado.
Los motivos del fenómeno "escasez" pueden estar asociados a varios factores: pandemias, guerras, subidas de precio, inflación, alta demanda, entre otros, como el del calentamiento global, que se implica directamente al caso del desabastecimiento que está ocurriendo con la mostaza Dijon en el país vecino.
Francia lleva varios meses intentando adaptarse a vivir sin mostaza Dijon en los escaparates de las tiendas y supermercados. La escasez persistente de este producto, ha afectado incluso a marcas como Amora y Maille, propiedad de Unilever, a desaparecer de los estantes lo que va generando la frustración entre los consumidores franceses.
El pato y la vinagreta se quedan sin su protagonista
La pesadilla afecta fuertemente al sector gastronómico. La carencia del producto afecta al universo de chefs, quienes suelen usar este preciado producto para condimentar carnes como el pato confitado, o para crear vinagretas para ensaladas o para hacer mayonesa fresca.
La razón de este actual desabastecimiento recae en el calentamiento global. El año pasado, en Canadá, se produjo una gran ola de calor que afectó a los cultivos que suministra alrededor del 80% de las semillas de mostaza utilizadas en Francia. Mientras que el conflicto entre Rusia y Ucrania, también ha dificultado la búsqueda de suministros alternativos.
Efecto dominó entre los franceses
El actual fenómeno, ha generado un efecto dominó entre los franceses. "A medida que más personas se dan cuenta de este problema, los consumidores franceses han aumentado la demanda de mostaza y se han abastecido por si acaso, lo que ha provocado situaciones de falta de existencias", explicó a Bloomberg Sebastien Eteve, director del equipo analítico de NielsenIQ.
Situación "apretada" hasta 2024
En este contexto, Luc Vandermaesen, jefe de la asociación de mostaza de Borgoña, contó a los medios franceses que el producto debería volver a partir de noviembre, con una mejora adicional a principios de 2023 cuando se entregue la cosecha canadiense. Sin embargo, Vandermaesen, quien también es director de Reine de Dijon, dijo al diario Le Monde que la situación se mantendría apretada hasta 2024.
Mientras la red de abastecimiento de este producto reformula las acciones para volver a la normalidad, los franceses intercambian consejos para sobrevivir sin el preciado producto con recetas caseras que sustituyen a la mostaza para sus patos y vinagretas.