Nuevo ciclo político en el País Vasco. El PNV ha conseguido ganar las elecciones celebradas este domingo 21 de abril por la mínima. Los jeltzales han sido la fuerza política más votada, pero han empatado en escaños con EH Bildu. A pesar de que el partido que lidera Arnaldo Otegi ha subido en las tres provincias vascas, el PNV volverá a gobernar en Euskadi gracias al apoyo de los socialistas, que han sumado 12 escaños, con lo que alcanzarían la mayoría absoluta.
El candidato jeltzale, Imanol Pradales, que fue alumno del lehendakari saliente Iñigo Urkullu en sus tiempos dedicados a la docencia, será el nuevo lehendakari tras el desgaste sufrido por su partido en la última legislatura marcado por el impacto económico y social de la pandemia. Ha conseguido un total de 365.634 votos, el 35,2% del total. Desde ese 12 de julio de 2020, el PNV ha ido desgastándose en popularidad, debido, entre otras cosas, a la pérdida de valor y calidad de servicio de su joya de la corona: el servicio vasco de salud, Osakidetza. Este domingo ha logrado un 35,2% de los votos, hasta los 27 escaños.
Aunque no ha habido el esperado sorpasso, los nacionalistas han llegado para quedarse. La formación de Arnaldo Otegi ha conseguido un total de 27 escaños y el 32,5% de los votos, frente a los 22 conseguidos en los anteriores comicios celebrados el 12 de julio de 2020, en plena pandemia, y los 18 logrados en 2016, cifras que han ido creciendo en las siguientes citas municipales y nacionales.

Como tercera fuerza en Euskadi repite el PSE-EE con 12 escaños, que ha defendido el socialista Eneko Andueza, y un total de 147.554 votos. La cifra mejora en dos escaños los conseguidos en 2020, cuando desbancó a Elkarrekin Podemos de la tercera posición, y 2016.
Precisamente, la formación morada que lidera Miren Gorrotxategi ha dado la sorpresa de la jornada electoral al no conseguir ningún escaño, frente a los seis de 2020 y los 11 que ganó en los anteriores comicios de 2016, lo que confirma la debacle paulatina del partido. Por su parte, Alba García, candidata por Sumar, las siglas auspiciadas por la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, ha conseguido hacerse un hueco en el Parlamento vasco, al tener más del 3% de los votos.
El PP se ha apuntado su mejor marca de los últimos años en Euskadi gracias a Javier de Andrés, que lleva a los populares a ocupar 7 asientos en el Gobierno autonómico, con una recuperación notable de presencia de los cinco de 2020 y casi logrando los nueve de 2016.
Vox ha conseguido mantenerse en el mapa político vasco con un escaño, el mismo resultado que consiguió hace cuatro años con Amaia Martínez al frente.

Los socialistas tienen la llave de la gobernabilidad
Estas elecciones de 2024 han sido las del cambio de ciclo político en Euskadi, con candidatos a lehendakari renovados y un crecimiento de las formaciones nacionalistas con un voto que se ha elevado al 75% del total. A partir de hoy, comenzarán a gestarse los pactos para lograr alcanzar la Lehendakaritza, la presidencia del Ejecutivo vasco.
A lo largo de la campaña, el PNV ha abogado por repetir coalición de Gobierno con los socialistas vascos, mientras el PSE se ha manifestado en la misma dirección. Desde EH Bildu, se ha tirado la caña tanto a PNV, con quien le une la ideología nacionalista, como a la izquierda del PSE, Sumar y Elkarrekin Podemos.
Pero lo cierto es que, tras los resultados de esta noche electoral, los socialistas vascos tienen en su mano la llave de la gobernabilidad, tanto para los abertzales como para los jeltzales. Aunque Pedro Sánchez gobierna en España gracias tanto al apoyo de Bildu como al del PNV, sus preferencias se han inclinado hacia los nacionalistas de Andoni Ortuzar.
Eneko Andueza, licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración por la Universidad del País Vasco, ha logrado esta noche el objetivo encomendado de frenar la sangría de votos socialistas, a la vez que aprovechar el tirón que el partido tuvo en las elecciones generales en la región.

En cuanto al programa que proponen para Euskadi, el PSE asume que "el mayor problema reside en la escasez de oferta de vivienda en alquiler", por ello quieren promover nueva edificación y la captación de vivienda vacía con programas de gestión pública.
También, apuesta por un modelo de crecimiento sostenible que se adecúe a las necesidades y retos de las sociedades actuales. Andueza lamenta el retraso en este ámbito en Euskadi, pese a contar con un sector tecnológico avanzado, y que la generación renovable sea todavía muy baja. En su programa recoge que el sistema eléctrico sea renovable en un 100% en 2050, el impulso a las comunidades energéticas y la implicación de los bancos y cajas vascas con proyectos que apuesten por la descarbonización y la economía verde.
Retos económicos
Tras las negociaciones pertinentes, el gobierno resultante, que será sí o sí nacionalista, tendrá ante sí el reto de recuperar el peso económico de Euskadi en el conjunto de España, que con casi 80.000 millones de PIB supone el 5,9% del Estado, cifra que ha ido descendiendo en los últimos años. La economía vasca prevé un crecimiento del 1,9% este año y un 2,1% en 2025.

Otros desafíos del nuevo ejecutivo serán la atracción de inversión y talento ante el reto demográfico, y la recuperación de la calidad de servicios públicos como el sanitario y el educativo, entre otros.
En esta línea, el programa de EH Bildu recoge medidas como la subida de impuestos de hasta 5.000 millones para obtener recursos para sus iniciativas. Además, quiere nacionalizar Kutxabank y convertirlo en un herramienta financiera que impulse el desarrollo económico y social de Euskadi.
Por su parte, el PNV ha abogado por activar inversiones de 3.000 millones para el arraigo y crecimiento industrial, tecnológico y empresarial en colaboración público-privada. Además, el partido de Imanol Pradales propone un 'Plan Industria 5.0' para que Euskadi avance en todas las transiciones económicas.