
El que fuera vicepresidente del Valencia Club de Fútbol con Vicente Soriano, Miguel Zorío, que lleva años intentando aglutinar recursos suficientes para comprar el equipo valencianista a Peter Lim, vuelve a la carga. El empresario y presidente de una consultora de comunicación de Valencia ahora ha conseguido un aliado, el fundador y hasta hace unas semanas CEO de Gedesco, Antonio Aynat, dispuesto a financiar una oferta que está dispuesta a pagar 250 millones de euros al magnate de Singapur.
La propuesta, que según Zorío ya ha transmitido a Meriton y al propio Peter Lim, incluye una carta de intenciones con las garantías para respaldar la operación de Bravo Capital, marca de Toro Finance, una sociedad también impulsada por Aynat y en la que participa. Como en el caso de Gedesco, Toro Finance se centra en ofrecer financiación alternativa a empresas con dificultades para lograr fondos en el sector bancario.
Según explicó Zorío a elEconomista.es, aunque Bravo Capital y Aynat ofrecen la financiación, el propio Zorío sería el único comprador del paquete mayoritario de acciones del Valencia que controla Meriton, el holding empresarial del magnate asiático. Aynat y el exvicepresidente del Valencia son viejos conocidos. De hecho, la consultora que preside Zorío ha asumido las labores de comunicación de lo que define como "asalto a Gedesco": la guerra que mantienen el principal socio de la financiera, la firma de capital riesgo estadounidense JZI, con Aynat y otros de los administradores y minoritarios de la sociedad.
Demandas cruzadas
Gedesco fue creada en 2001 por Aynat. En 2007 dio entrada a JZI para impulsar un negocio que con la crisis financiera y el pinchazo de la burbuja financiera estaba en plena explosión, lo que permitió a la compañía convertirse en uno de los grandes operadores de descuentos de pagarés, factoring y productos financieros en un momento en que la gran banca cerraba el grifo del dinero. Según la propia compañía, en 2021 el grupo canalizó financiación a empresas por 1.723 millones de euros.
La alianza con JZI, que controla algo más del 67% de la firma, fue más allá de esa actividad financiera y también abarcaron operaciones de capital riesgo, fundamentalmente en empresas en concurso de acreedores o con dificultades.
Sin embargo, desde hace más de un año los socios han abierto las hostilidades a todos los niveles con el cruce de acciones legales tanto en Estados Unidos como en España. El fondo norteamericano acusa a tanto a sus dos gestores en España como a la cúpula de Gedesco de una supuesta estafa por realizar inversiones a sus espaldas. A raíz de una de ellas, un juzgado de Valencia ordenó separar de la gestión de Gedesco a Aynat y otros administradores. Por su parte, el fundador de Gedesco ha contraatacado con querellas contra JZI y los administradores de Stator, un vehículo de inversión que adquirió Gedesco, entre ellos el exconsejero valenciano de Industria, Máximo Buch.
Resulta sorprendente que en medio de toda esta batalla judicial con varios frentes, Toro Finance, que pese a ser una sociedad al margen de Gedesco ha tenido una gran vinculación, avale el nuevo intento de Zorío de desalojar a Lim de la propiedad del Valencia.
Además del respaldo financiero de Toro Finance, el que aspira a ser nuevo dueño y presidente del Valencia asegura contar con una gran constructora dispuesta a retomar las obras del Nuevo Mestalla, el estadio que lleva paralizado desde hace 15 años tras los intentos fallidos de venta del centenario campo en el que el Valencia sigue jugando. Aunque no desvela su nombre, asegura que esa empresa está dispuesta a financiar a 30 años los 200 millones de la construcción.
¿Salida a Bolsa?
Según el empresario, que también lidera una plataforma de aficionados contrarios a la gestión de Lim bautizada como Marea Valencianista, su plan pasa por desprenderse del 51% de las acciones en varias fases. En una primera, se ofrecería su compra a los propios accionistas, socios y seguidores antes de tres años. Un gesto de cara a una afición que desde hace varias temporadas muestra su frustración por la gestión del dueño del equipo y ha realizado varias manifestaciones y actos de protesta para reclamar su salida accionarial.
Con la parte que no se llegase a suscribir en esa primera etapa, Zorío buscaría inversores entre empresarios valencianos e incluso patrocinadores, con el compromiso de no entrar en la gestión. Por último, los títulos restantes se sacarían a bolsa.
Sin embargo, el principal arma de esta oferta y lo que explica que se haya anunciado ahora es que el estadio empieza a ser una cuestión urgente, con el horizonte del Mundial 2030 en España que vuelve a marcar un plazo para las obras. Actualmente se está tramitando una nueva licencia y en el tira y afloja con el Valencia, el Ayuntamiento plantea sanciones por incumplimientos en el nuevo convenio. Un acuerdo que Zorío directamente pide no aprobar para facilitar la venta.