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Qué es el glifosato, el herbicida cuyo uso prorroga la UE pese al informe de la OMS

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Tras muchos años de incertidumbre, muchos tenían la mirada fijada en el próximo 15 de diciembre, momento a partir del cual el uso del glifosato en la agricultura iba a quedar definitivamente prohibido (a menos que Europa declarase lo contrario). Mientras que algunos esperaban que se prohibiese su uso, otros, en cambio, confiaban en que se mantuviese su autorización. Finalmente, y tras un gran desacuerdo político entre los Estados miembros de la Unión Europea (sin una mayoría cualificada ni a favor ni en contra), la Comisión se ha visto obligada a tomar una decisión: el glifosato queda autorizado durante los próximos 10 años.

"La Comisión, basándose en las evaluaciones exhaustivas realizadas por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA) con los Estados miembros, procederá ahora a renovar la aprobación (del glifosato) por un período de 10 años, sujeto a determinadas condiciones y restricciones", indicó la propia Comisión este 16 de noviembre, tras el recuento de la votación del pasado día 13.

En cualquier caso, y a falta de conocer esas "determinadas condiciones y restricciones", el uso de esta sustancia se seguirá permitiendo en suelo europeo.

"La diferencia de voto entre países de la UE no se basa exclusivamente en la creencia en los estudios científicos ni estimaciones. Las principales dudas de los estados miembros son si cada país va a ser capaz de hacer una transición a una agricultura diferente, sin grandes pérdidas económicas y sin un enfado masivo por parte de los agricultores", considera respecto al resultado de la votación y de la decisión de la Comisión Lucía Argüelles, Investigadora del Laboratorio de Transformación Urbana y Cambio Global (TURBA Lab) de la Universitat Oberta de Catalunya, en declaraciones al SMC España.

Qué es el glifosato

El glifosato es una sustancia muy utilizada en la agricultura. Se trata de un químico empleado en herbicidas, productos diseñados para prevenir y combatir las malas hierbas. Desde hace varias décadas, se ha utilizado principalmente para eliminar la competencia de los cultivos, aunque también se ha empleado para otros usos, como para eliminar las hierbas que presentan problemas en las vías del tren o en las carreteras. Es el herbicida más utilizado tanto a nivel mundial como a nivel europeo, dado que al estar libre de patente, es muy barato.

Por lo general, el glifosato se aplica antes de sembrar los cultivos para controlar las malezas, mejorando el crecimiento de los cultivos. En consecuencia, el glifosato es eficaz para eliminar o minimizar la necesidad de utilizar máquinas de arado, lo que a su vez reduce la erosión del suelo y mantiene bajo el suelo las emisiones de carbono capturadas por los cultivos. Hasta aquí, todo ventajas.

"Probable cancerígeno"

El principal argumento que manejan los detractores del glifosato es que es una sustancia potencialmente cancerígena. ¿De dónde sale esta afirmación? En 2015, la agencia especializada en cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una evaluación sobre cinco importantes herbicidas y pesticidas, entre los que se incluía el glifosato. En esta evaluación, basada en una amplia revisión de estudios publicada en la revista The Lancet Oncology, se clasificó el glifosato como "probable cancerígeno para humanos".

Tras esta consideración llegaron numerosos informes en la dirección opuesta. La Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA) llevó a cabo en 2022 una evaluación del peligro del glifosato y concluyó que no cumplía los criterios científicos para ser clasificado como sustancia carcinógena, mutágena o tóxica para la reproducción. Y recientemente, en julio, la propia Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) también se desmarcó de la clasificación de la IARC, dada la falta de evidencia sobre humanos. No obstante, en todas las revisiones realizadas por estas u otras entidades se ha indicado que la información disponible no permite extraer conclusiones firmes.

Otros posibles daños

Aunque la posible relación con el cáncer es la principal arma esgrimida por los detractores del glifosato, no es el único argumento que pesa contra este químico. Según denuncian más de 150 organizaciones ecologistas a través del manifiesto La Plaga de los Plaguicidas, "los plaguicidas están relacionados con mayor riesgo de padecer diabetes, trastornos reproductivos y respiratorios, disfunciones neurológicas y cáncer".

Y más allá del efecto que pueda generar sobre las personas, el glifosato contamina suelos y aguas, afectando a organismos acuáticos y terrestres. Conocemos, por ejemplo, que este herbicida merma considerablemente la capacidad de los abejorros para mantener la temperatura de su colmena, afectando directamente a su capacidad de reproducción.

"La renovación de la autorización del glifosato tiene el potencial de tener consecuencias significativas y negativas para la salud pública y el medio ambiente. Esta decisión podría exponer a la población y al ecosistema a riesgos innecesarios y subraya la importancia de una toma de decisiones basada en la evidencia científica para garantizar la protección a largo plazo de la salud humana y la biodiversidad", afirma Pablo Gago, científico titular en el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua en el CSIC (IDAEA-CSIC), en declaraciones para el SMC España.

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