
Una de las grandes causas de accidente de tráfico desde que se tienen registros históricos, la conciencia sobre el peligro de conducir tras haber consumido alcohol está cada año más arraigada en España aunque sigue siendo un serio problema. Por ello la multitud de campañas llevadas a cabo por la Dirección General de Tráfico (DGT) para erradicar esta nefasta actitud, que tarda en borrar su huella del organismo.
Sí. Incluso una copa o un tercio al volante puede resultar muy grave para la conducción. Está demostrado que su ingesta disminuye la capacidad de reacción ante una maniobra repentina, así como la atención en todo lo que rodea una vía.
Por ello, el peligro de pilotar aun habiendo consumido una cerveza, un vino o una copa de cualquier alcohol más duro. Y es que todo registro de alcohol tarda en eliminarse por completo de la sangre hasta pasadas entre 10 y 19 horas (alrededor de 10-20 ml por hora). Sin embargo, en las ingestas más moderadas, por raro que parezca, los rones, ginebras, whiskys, vodkas... son los que más rápido se evaporan bien por la metabolización orgánica o bien por la excreción.
La destilación del alcohol así como la mezcla con azúcar ayuda a que se evapore antes de la sangre
Esto se debe a la cantidad de azúcar con las que se mezclan en sus combinados, así como al proceso de destilación por el que han pasado. Siempre dependiendo de la persona, pues influyen muchos factores como la masa corporal, la comida y bebida ingerida, la edad... en un hombre una copa de un cubalibre tarda en desaparecer de la sangre poco más de una hora, mientras que en una mujer tarda algo más de tres horas, de media.
Por su parte, la copa de vino y un tercio de cerveza conllevan más tiempo para eliminarlos del organismo. Eso sí, con ventaja para el licor de Baco, en los hombres una copa tarda en alrededor de una hora y media, mientras que en las mujeres supera las tres horas; la cerveza alcanza las dos horas y las tres horas y media, respectivamente.
Las multas, de 500 euros hasta pena de cárcel
De esta forma, incluso en una ingesta mínima ante un control de alcoholemia se puede dar positivo por lo que se estaría evidenciando un riesgo para la seguridad vial. Con el límite en sangre marcado en 0,5 gr/l, independientemente de hombres y mujeres, en aire respirado es de 0,25 mg/l.
Para aquellos conductores que superen estas barreras, en noveles y profesionales es menor, las multas son de 500 euros y la retirada de cuatro puntos en el carnet de conducir. Eso sí, una vez se superen los 0,5 mg/l en aire respirado, que es la prueba más común, la pena será de 1.000 euros y seis puntos.
Por último, a partir de 0,6 mg/l se incumple en un delito penal que supone una condena de tres a seis meses de prisión y de entre seis y doce meses de trabajos para la comunidad, dependiendo de cada caso. Además, supone la pérdida total del carnet de uno a cuatro años. Las reincidencias o negaciones a pasar un test están aún más sancionadas y la prisión puede aumentar hasta los doce meses.