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Enagás avanza hacia la neutralidad en carbono

Imagen: eE.
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En el periodo 2014-2018, la compañía redujo un 47% sus emisiones globales. Con vistas a 2030 prevé un recorte adicional del 25%, de un 61% para 2040 y, de cara a 2050, alcanzar la neutralidad.

El mayor reto al que se enfrentan las compañías del sector energético a escala global es, sin lugar a dudas, llevar a cabo el proceso de transición energética de tal forma que permita combatir con eficacia el cambio climático. Una muestra de ello es el objetivo asumido por la propia Unión Europea (UE) en 2015, que marca el año 2050 como el límite temporal para alcanzar la neutralidad de carbono. Por tanto, no es de extrañar que la sostenibilidad se haya hecho un hueco central en los ejes estratégicos de las compañías.

En este contexto, Enagás sostiene su claro compromiso con el objetivo marcado por la UE de descarbonización para 2050. De hecho, la compañía gasista reporta unos datos que demuestran su esfuerzo por incrementar la eficiencia energética como vía para optimizar recursos y reducir emisiones. Si en el periodo 2014-2018 redujo un 47% sus emisiones globales, con vistas a 2030 la compañía prevé un recorte adicional del 25%, de un 61% para 2040 y, de cara a 2050, alcanzar la neutralidad.

Los distintos reconocimientos que está cosechando a nivel internacional demuestran su buen desempeño al respecto. Se sitúa como la única empresa del mundo de su sector incluida en la 'A list' de CDP Cambio Climático -la máxima calificación de este ranking anual- y figura por duodécimo año consecutivo en el Dow Jones Sustainability Index (DJSI) como líder mundial de su sector, con la distinción Gold Class 2020.

Gas en el transporte marítimo

Una de las líneas de actuación en las que se está centrando la compañía en su apuesta por la sostenibilidad es la búsqueda de nuevos usos del gas en sectores como el transporte, especialmente en el marítimo. De hecho, con el fin de mejorar la calidad del aire, Enagás está impulsando iniciativas de movilidad con gas natural licuado (GNL) que, al sustituir a los combustibles tradicionales, permitirán una reducción de las emisiones de entre dos y cuatro millones de toneladas de CO2 hasta 2030.

Una de esas iniciativas es el Core LNGas Hive, un proyecto coordinado por Enagás, que cuenta con 42 socios y persigue el desarrollo de una cadena logística integrada, segura y eficiente para el suministro de GNL como combustible. Los datos demuestran que el gas natural permite eliminar la práctica totalidad de las partículas contaminantes. Además, reduce las emisiones de NOx en torno a un 80-90%, las emisiones de CO2 un 20-30% y las de SOx y partículas prácticamente en un 100% respecto a los combustibles tradicionales. Por tanto, a día de hoy, el gas natural supone la mejor alternativa en el transporte marítimo.

Las bondades del hidrógeno verde

Para lograr la descarbonización, sobre todo en sectores de difícil electrificación, los gases renovables se presentan como una de las principales alternativas. Para ello, el papel de las infraestructuras gasistas existentes va a ser crucial, porque están preparadas para transportar estos gases renovables, sin necesidad de inversiones adicionales relevantes en redes. Al respecto, la apuesta de Enagás es decidida y, de hecho, en 2019 creó una nueva filial, EnaGasRenovable, desde donde se destinarán, entre 2020 y 2026, alrededor de 300 millones de euros para el desarrollo de proyectos de hidrógeno verde, biogás y biometano.

Desde la compañía resaltan las numerosas ventajas que lleva aparejadas la utilización del hidrógeno verde, uno de los gases renovables en los que tiene puesto el foco. Se trata de una energía 100% limpia, que no emite CO2 en todo su proceso de producción, a la par que su obtención se consigue a partir de elementos tan abundantes como el agua o las energías renovables eléctricas.

Trabaja con Repsol en el desarrollo de hidrógeno verde con energía solar, emitiendo un 90% de CO2

Además, sirve para almacenar el excedente de energía renovable, cualidad que le convierte en una garantía de suministro dentro de un contexto de mayor peso de las renovables en el mix de generación eléctrica. Otras de las bondades del hidrógeno verde radica en que puede transformarse en varias formas de energía -electricidad, gas sintético o calor- y puede emplearse en múltiples sectores, como la industria o la movilidad.

Como muestra de su decidida dedicación a este gas renovable, Enagás ha presentado a la UE el proyecto Green Spider, con el que pretende posicionar a España como hub logístico de esta fuente de energía renovable en el Viejo Continente y que pueda ser incluido como Proyecto Importante de Interés Común Europeo (IPCEI).

Entre los actuales proyectos en los que está trabajando la compañía centrados en esta área, destaca el acuerdo alcanzado con Repsol para impulsar el desarrollo de la producción de hidrógeno verde a través de energía solar, que permitirá reducir la huella de carbono en más del 90% respecto a los métodos convencionales.

Del mismo modo, en Baleares, Enagás forma parte -junto al Govern balear, Acciona y Cemex- del proyecto Power to Green Hydrogen, con el que se desarrollará una planta de generación de hidrógeno verde a partir de energía eléctrica renovable, y que llevará ligada a su vez la construcción de un parque fotovoltaico.

Asimismo, Enagás y Ampere Energy, empresa especializada en baterías eléctricas, están desarrollando el primer proyecto piloto de inyección de hidrógeno en una red de gas real en España. Tendrá lugar en la planta de Cartagena, y ayudará a la compañía a maximizar su eficiencia energética, reducir el impacto ambiental y su factura eléctrica hasta un 70%.

Aparte del hidrógeno verde, Enagás también apoya el uso del biogás-biometano, que cumple un papel fundamental para el impulso de una economía circular, ya que su origen está en los residuos sólidos urbanos, aguas residuales y residuos agrícolas, ganaderos y forestales. Tras un proceso de limpieza y separación del CO2, el biogás se convierte en biometano, un gas totalmente renovable y apto para ser transportado por los gasoductos. La planta de Valdemingómez, en Madrid, constituye el primer ejemplo en España de este tipo de aprovechamiento con inyección en la red gasista, en este caso, de Enagás.

Actualmente, Enagás trabaja en colaboración con distintas instituciones y empresas del sector para impulsar el desarrollo de estos gases renovables. También apoya a startups surgidas de su programa Enagás Emprende y centradas en el impulso de los gases renovables, como BioEnGas.

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