Vivienda - Inmobiliario

Desde el perfil del solicitante hasta el tipo de vivienda: todos los motivos por los que un banco te puede denegar la hipoteca

Firma de hipoteca. / Foto: iStock

No cabe duda: ahora es un buen momento para pedir una hipoteca. Esto es debido a la bajada que ha experimentado el euríbor estos últimos meses, que ha hecho que las entidades mejoren las condiciones de sus productos, ofreciendo mejores condiciones a los clientes. Sin embargo, el solicitante de una hipoteca sigue teniendo que cumplir unos requisitos para ser considerado un buen perfil por parte de la entidad bancaria y que concedan el préstamo hipotecario.

"Mensualmente estamos viendo cómo los bancos hacen leves rebajas y desde iAhorro creemos que esto se va a mantener así", explica Simone Colombelli, director de Hipotecas del comparador y asesor hipotecario iAhorro. "Además, ahora llega un periodo 'caliente' para la banca en el que suelen mejorar las ofertas de sus productos para fomentar su contratación", añade el portavoz del comparador.

No obstante, aunque la situación inmobiliaria en cuanto a los tipos esté a favor del comprador, hay que tener en cuenta que no cualquier persona puede acceder a un préstamo de estas características. Esto se debe a que las entidades no quieren arriesgarse proporcionando financiación a cualquier solicitante.

El perfil del solicitante

Para empezar, el Banco de España recomienda que la cuota de la hipoteca no supere el 30% o 35% de los ingresos netos mensuales de los titulares. Esto lo siguen a rajatabla las entidades financieras y significa que, si el futuro hipotecado ingresa 2.500 euros netos al mes, por ejemplo, la cuota que podría pagar tendría que estar por debajo de los 875 euros mensuales.

La estabilidad laboral es otro factor fundamental. Los bancos necesitan tener garantías de que sus clientes podrán asumir la deuda en el periodo de tiempo establecido, una seguridad que le proporciona una persona con un contrato indefinido, no aquella con un contrato temporal.

También es importante contar con un historial crediticio limpio. Las entidades no quieren tener como clientes a personas con deudas y que sean malos pagadores, debido a que se arriesgan a no percibir el dinero prestado. Sí se puede tener un préstamo vigente a la hora de solicitar la hipoteca, pero tiene que estar al corriente de los pagos.

Con una vivienda de 200.000 euros, por ejemplo, una persona necesitará aportar unos 60.000 euros de ahorro

Tampoco hay que olvidarse de los ahorros. Los bancos suelen conceder para compra de primera vivienda una financiación del 80%, lo que significa que el 20% restante debe aportarlo el futuro hipotecado. Asimismo, será el nuevo propietario el que tendrá que sufragar los gastos de compraventa y formalización de la hipoteca, que suelen suponer aproximadamente un 10% del importe del inmueble. Por lo tanto, con una vivienda de 200.000 euros, por ejemplo, una persona necesitará aportar unos 60.000 euros de ahorro para que la entidad financiera no le ponga pegas. Y ese importe podría ser mayor en caso de comprar una segunda residencia o una vivienda como inversión para su posterior alquiler o venta.

Teniendo en cuenta estas condiciones, si el banco deniega una solicitud puede ser por tener deudas, no ser solvente económicamente, no disponer de ahorros o porque la cuota de la futura hipoteca supere el 35% o 40% de los ingresos netos mensuales de la unidad familiar.

Condiciones de la vivienda elegida

Si bien es cierto que la denegación de la solicitud de la hipoteca suele recaer en el solicitante, lo cierto es que en ocasiones el inmueble elegido puede ser el causante de dicha decisión.

La vivienda que una persona quiere comprar puede contar con problemas legales: okupación, mal estado, locales comerciales convertidos en vivienda… La entidad necesita tener todas las garantías de que el bien que va a financiar tiene todo en orden.

En otros casos el problema no es el estado de la vivienda en sí, sino las cargas que trae esta consigo. Si los anteriores propietarios (vendedores) tienen una hipoteca vigente y no la cancelan con la venta, por ejemplo, los nuevos dueños no podrán solicitar el préstamo.

El catastro es otro de los factores que puede ser un obstáculo a la hora de conceder un préstamo. El problema más habitual suele ser que la superficie del inmueble que se va a adquirir no cuadre con las medidas especificadas en el propio catastro. Esto puede provocar que no se pueda realizar la tasación correctamente, un proceso fundamental a la hora de pedir una hipoteca. Por tanto, hay que evaluar muchas cosas antes de pedir la hipoteca.

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