
El verano está siendo positivo para los hipotecados, ya que el euríbor a un año marcó su nivel más bajo de 2024 en julio y sigue descendiendo a buen ritmo en agosto. Con el reciente susto que se han llevado los mercados, descontando la posibilidad de una recesión en Estados Unidos, las expectativas de recortes de tipos se han ampliado. Las previsiones de una política monetaria más laxa de lo esperado que hace unos días -el guion está cambiando muy rápido- favorecen la tendencia bajista de la tasa, a la que están referenciadas miles de hipotecas.
El mes pasado el euríbor a un año cerró en el 3,526%, su cuarto descenso consecutivo y un descenso más de una décima superior al dato de junio (3,65%). Además, si se compara con lo que marcaba la misma referencia en julio de 2023, la caída interanual fue la mayor en 11 años. Pero no solo destaca el comportamiento de las cifras mensuales, sino también la evolución diaria del indicador, lo que refleja que este ya ha enfilado una trayectoria clara descendente.
Justo el último día de julio, el 31, el indicador había marcado su dato diario más bajo de 2024, en el 3,39%. Sin embargo, el arranque de agosto ha traído nuevos récords. En los cuatro días que llevamos de mes se ha movido en su tasa diaria del 3,349%, al 3,32%, al 3,328% y al 3,138% de este martes. El último dato no solo es el menor de todo el curso, sino que también es el mayor recorte diario desde diciembre de 2023, según iAhorro. La diferencia es de 0,1 puntos.
Por estas mismas fechas pero en 2023, la tasa hipotecaria rondaba el 4%. De un año para otro, la evolución es notable y el recorte es de en torno a 0,7 puntos. De momento, el euríbor a un año registra una media del 3,261% en agosto, lo que confirmaría un descenso más en este curso, aunque queda mucho mes por delante.
Lo que está claro es que el posicionamiento de los mercados juega a favor de los hipotecados. La semana pasada, se esperaban dos descensos más de 25 puntos básicos cada uno por parte del Banco Central Europeo (BCE) en lo que resta de curso, mientras que a día de hoy se anticipan tres. Es decir, una flexibilización de 75 puntos básicos, según el swap de tipos de interés de la eurozona, Overnight Indexed Swap (OIS).
En Estados Unidos, las previsiones sobre las bajadas de la Reserva Federal (Fed), el banco central que lleva la batuta en política monetaria, han cambiado de forma aún más agresiva. Ahora se descuentan cuatro recortes de 25 puntos básicos, mientras que hace unos días, apenas se esperaban tres y, si se retrocede algo más en el tiempo, solo dos, según la herramienta CME Fed-Watch Tool. Lo que pase al otro lado del Atlántico puede influir en la eurozona y si Jerome Powell pisa el acelerador de los descensos, eso podría beneficiar al Viejo Continente.
Desde la semana pasada, los inversores han puesto el foco en los datos macroeconómicos, en busca de signos de debilidad de EEUU. Las dudas de un aterrizaje forzoso empezaron a tomar cuerpo, pero con los datos de empleo del pasado viernes, terminaron por dispararse todas las alarmas. La creación de puestos de trabajó se moderó y el paro repuntó. El debate ahora gira en torno a si habrá una ralentización en la mayor potencia del mundo que contagie al resto.
El ajuste en los mercados ha sido tal que los futuros del euríbor también se han movido. El viernes se descontaba que el indicador cerrara 2024 justo por encima del 3%. Ahora ya se espera que rompa el 3% en diciembre y acabe en el 2,935%. Un año más tarde, en diciembre de 2025, se situaría en el 2,2%.
Todavía queda el mes de agosto por delante, más datos macroeconómicos que analizará el mercado y volatilidad. Las expectativas están cambiando muy rápido. De momento, a favor del euríbor, pero dicha tendencia ha de confirmarse a medida que llegue más información del estado de la economía.