Vivienda - Inmobiliario

Metrovacesa avanza en uno de sus grandes planes urbanísticos en Valencia con más de 1.300 viviendas

Maqueta del actual barrio y la zona junto a la Ronda Nord.
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Uno de los proyectos urbanísticos que ha pasado por la mesa de los distintos Gobiernos municipales de Valencia durante este siglo, el Programa de Actuación Integrada (PAI) de Benimaclet, avanza en su tramitación. El plan, que tras varios intentos fallidos ahora promueve la inmobiliaria Metrovacesa, ha logrado superar una de las grandes barreras de la Administración autonómica, según ha informado el propio Ayuntamiento de Valencia.

La Generalitat Valenciana ha emitido el informe de Evaluación Ambiental y Territorial Estratégica con el que da luz verde a la propuesta del PAI de Benimaclet que la empresa presentó en el Ayuntamiento de Valencia en enero de este año. Con este informe la Comisión de Evaluación Ambiental considera que el proyecto presentado no tiene un efecto significativo sobre el medio ambiente por lo que la tramitación se realizará por el procedimiento simplificado.

Según el concejal de Urbanismo, Juan Giner, con este trámite se da "un paso más en uno de los principales desarrollos de nuestra ciudad". Para el edil, este proyecto busca por un lado integrar la huerta del antiguo pueblo de Benimaclet, hoy en su mayor parte integrado en el casco urbano en el norte de la ciudad y colindante con la huerta del municipio vecino de Alboraya.

El proyecto incluye la creación de nueva zona verde central de 30.000 m2 y dar respuesta a la necesidad de nuevas viviendas, que según Giner es "una exigencia que nos están planteando desde todos los ámbitos, comenzando por los estudios de la Cátedra Observatorio de la Vivienda de la UPV hasta las asociaciones de vecinos".

El proyecto de Metrovacesa, que tiene buena parte de las parcelas y acuerdos con otros propietarios, incluye el desarrollo de 1.345 viviendas en ese suelo, de las que más de 400 serán viviendas de protección pública.

El proyecto se ha visto bloqueado durante estos años tanto por la crisis como por el rechazo de algunos colectivos y asociaciones vecinales, que durante la etapa de Joan Ribó y Compromís en la alcaldía lograron paralizar la tramitación. Su principal crítica viene por lo que consideran una elevada edificabilidad que dispararía los habitantes del barrio y las torres de hasta 30 pisos de altura. Simultáneamente, en la zona conviven actualmente edificios de hasta siete y ocho alturas rodeados de zonas sin urbanizar y solares de tierra sin uso utilizados como aparcamientos.

En los últimos años el barrio, una zona tradicionalmente con una fuerte presencia de universitarios, ha sido una de las zonas de Valencia con mayores subidas de precio tanto de alquiler como de compra de vivienda.

Los pasos pendientes

Según el consistorio, partir de ahora, una vez la Generalitat Valenciana remita el informe de Evaluación Ambiental, se requerirá a los promotores para que en el plazo máximo de tres meses presente la documentación completa del programa de actuación integrada.

El sector de Benimaclet es uno de los ámbitos urbanísticos previstos en el Plan General de 1988 y cuyo desarrollo se ajustará a los planes territoriales aprobados con posterioridad como el Plan de la Huerta o la Estrategia Territorial de la Comunitat Valenciana. Su desarrollo permitirá afrontar uno de los graves problemas de la ciudad de Valencia como es la falta de vivienda,

Por otro lado, la nueva propuesta establece usos mixtos en el ámbito y especialmente en los extremos del área, donde se concentra la superficie construida para generar dos polos de actividad frente a las rotondas de Avenida de Cataluña y la Avenida de Alfahuir. Este diseño, que concentra la edificación en los extremos, crea en el centro del área un gran pulmón verde de 30.000 m2.

En el proyecto se ha incorporado, como consecuencia de la participación pública, en los terrenos del PAI una franja verde contigua y paralela a la Ronda Norte, de forma que se potencia la integración de los recorridos de los viandantes y ciclistas con la trama urbanística y se crea un espacio de transición entre la huerta y la ciudad. Este espacio se genera, entre otras razones, por la reducción en más de 15.000 m2 de la superficie de uso privativo, lo que conlleva la creación significativa de espacios públicos.

Según ha explicado Juan Giner, "volveremos a reunirnos con las asociaciones del barrio de Benimaclet, como ya lo hemos hecho en diferentes ocasiones durante esta tramitación, para que conozcan el alcance del informe y estudiar y valorar las propuestas y sugerencias que puedan realizar las diferentes asociaciones vecinales y actores implicados. Creemos que es importante, entre todos, seguir construyendo el desarrollo de nuestros barrios".

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