
El mercado inmobiliario es en muchas ocasiones el reflejo de la salud económica y las expectativas de futuro que se crean sobre una ciudad, pueblo o región. Un ejemplo claro de ello es el de una ciudad de la provincia de Toledo, cuyo mercado inmobiliario vivió un auge al calor de las expectativas y promesas, con una posterior caída de la que apenas acaba de comenzar a recuperarse. Hoy, casi 20 años después de ese auge, la vivienda en esta ciudad sigue siendo un 56% más barata que en 2007, cuando los precios tocaron techo.
Se acabó el misterio: esta es la historia del corto boom y eterna crisis de Talavera de la Reina, un municipio que se encuentra a poco más de una hora de Madrid y que soñó con desplazar a Toledo como gran núcleo económico de la provincia, pero que hoy sigue sufriendo las consecuencias de unas promesas incumplidas y de la caída de los sectores económicos que llevaron a este municipio a duplicar su población entre los 70 y principios de los 2000. Una suerte de 'tormenta perfecta' impactó sobre la economía talaverana, afectando de lleno a su mercado inmobiliario. El precio del metro cuadrado en Talavera de Reina se encuentra en los 803 euros, muy lejos todavía de los 1.851 euros que llegó a alcanzar en el primer trimestre de 2007, según datos oficiales del Ministerio de Transporte y Movilidad.
Mientras que ciudades como Guadalajara o Toledo se están viendo impulsadas (en términos económicos e inmobiliarios) por el 'efecto Madrid', Talavera de la Reina, a poco más de una hora de la capital, no termina de levantar cabeza. Aunque el precio de la vivienda ha comenzado a repuntar en 2023 y la población ha vuelto a aumentar levemente, este municipio situado al este de Toledo sigue muy lejos de lo que en otro tiempo pareció que iba a llegar ser.
Auge y caída de Talavera de la Reina
La caída de esta ciudad ha sido uno de los casos más llamativos de toda la geografía española, tanto por la intensidad de la caída como por su velocidad. Hoy nos hemos acostumbrado a ver cómo pequeños pueblos 'perdidos' en la nada de la otrora ancha Castilla vayan perdiendo vida. Sin embargo, el caso de Talavera de la Reina es un tanto diferente: hace menos de 20 años, las empresas del grupo Inditex y de otras gigantes de la moda se peleaban por ocupar un local en la calle San Francisco (una especie de Gran Vía talaverana). El precio de la vivienda subía con gran intensidad, llegando a superar el metro cuadrado los 1.800 euros, mientras que la población crecía al calor de la economía talaverana, con una industria de la construcción floreciente, una actividad textil sólida (con decenas de talleres de confección y empresas auxiliares) y un sector de la cerámica que era la envidia de toda España.
Talavera de la Reina crecía como la espuma en medio de la burbuja inmobiliaria y la promesa de conectar esta ciudad con Madrid y Lisboa a través del AVE. Así, los elevados precios de la vivienda en Madrid pusieron el foco durante un tiempo en esta ciudad, que con ese tren que estaba a punto de llegar, pero nunca llegó, conectaría en menos de una hora Talavera con la capital de España. Sin embargo, el estallido de la burbuja inmobiliaria, las promesas incumplidas y la competencia exterior (sobre todo de China) transformaron el sueño de Talavera de la Reina en una especie pesadilla de la que todavía no ha despertado.
La calle San Francisco presenta un aspecto bien distinto: la afluencia de consumidores es muy inferior a la del pasado, dejando un aspecto que en ocasiones roza el abandono, con varios locales cerrados, mientras que los que aguantan abiertos son pequeños establecimientos dedicados, en su mayoría, a la hostelería. ZARA fue la última gran marca en abandonar esta calle en 2020.
La brecha Toledo-Talavera de la Reina
Todo ello tiene su reflejo no solo en el inmobiliario, también los datos del mercado laboral. La tasa de paro se encuentra por encima del 23%, duplicando la media nacional. Mientras tanto, Toledo, capital de la provincia que lleva su nombre, tiene un desempleo del 10%. La situación económica de las dos ciudades más importantes de la provincia es radicalmente opuesta.En lugar hablar de la brecha económica entre norte y sur de España, aquí se puede hablar de la brecha entre este y oeste de la provincia de Toledo. No solo la tasa de paro, que ya es un buen indicador, la renta bruta media de cada toledano supera los 28.000 euros, mientras que la de cada talaverano apenas llega a los 23.000 euros.
La construcción, la industria textil y la propia cerámica, emblema de la ciudad, no son hoy siquiera el reflejo de lo que fueron. Fuentes del sector textil con presencia en la zona revelan a elEconomista.es que el cambio ha sido dramático: "En Talavera de la Reina hemos llegado a ver más de 40 talleres de confección con sus correspondientes empresas auxiliares... los que veníamos de Madrid y Barcelona para hacer negocios, incluso hacíamos varias noches para poder visitar todos los clientes del textil".

Estas mismas fuentes confirman que ahora los talleres casi se pueden contar con los dedos de una mano. La llegada de los tejidos y confecciones de china y otros lugares de Asia arrasaron con esta industria. Uno de los cierres más sonados fue el de Confecciones Corrochano (uno de los apellidos más comunes en la zona). Decenas de trabajadores salieron a protestar en la calle San Francisco en frente a las tiendas del grupo Inditex (cuando todavía tenían presencia en esta calle) para denunciar a esta firma como responsable solidario, por despido improcedente.
El taller Corrochano llevaba por entonces más de 25 años fabricando para el grupo Inditex. Entre las prendas más conocidas se encontraban los pantalones vaqueros que fabricaban para Pull and Bear. Los trabajadores denunciaron el traslado de la producción de Inditex a países con mano de obra más barata como Bangladesh o China.
Aunque este solo fue uno de los cierres, quizá la caída del taller Corrochano fue el más sonado y representaba a la perfección la crisis a la que se enfrentaba un sector asediado por la competencia asiática. Algo similar a lo que ocurre hoy con la industria de los vehículos eléctricos, la diferencia es que ahora Bruselas y España están decididos hacer lo que sea necesario para proteger a la industria automotriz. La industria textil no tuvo ayuda de nadie. Aunque es cierto que la crisis de la confección venía de lejos, la Gran Recesión de 2007 fue la puntilla para el textil talaverano. Sin embargo, en los últimos años se ha podido ver un leve despertar de este sector con el incipiente proceso de relocalización que está viviendo Occidente.
Otro sector que ha perdido gran relevancia en la economía de Talavera de la Reina es de la construcción. Durante los años de la burbuja inmobiliaria, la construcción se convirtió en un sector clave de la economía talaverana, reteniendo y atrayendo trabajadores para cumplir con los planes urbanísticos que llevaron al municipio a alcanzar su pico de población en 2010 con 89.000 habitantes (en 2023 tenía 84.000 habitantes). El estallido de la burbuja inmobiliaria a nivel nacional hundió la inversión nueva construcción y acabó casi de la noche a la mañana con buena parte del empleo dedicado a este sector en Talavera de la Reina.
Aunque los últimos datos de empleo revelan que la construcción vuelve a generar algo de trabajo, buena parte de estos puestos son para rehabilitaciones y reformas. Aunque existe algo de obra nueva, este municipio tiene todavía una amplia oferta de vivienda de segunda mano sin vender a precios de derribo (hay viviendas a la venta desde los 20.000 euros), lo que limita la inversión en obra nueva. En los portales inmobiliarios se puede ver como la oferta de vivienda en esta ciudad triplica en muchos casos la de otros municipios de tamaño similar o incluso superior de las afueras de Madrid.
Pese a todo, la situación ha mejorado levemente. Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística revelan que desde 2021 la población ha aumentado levemente en este municipio, mientras que en el horizonte se ve un rayo de sol entre tanto nubarrón. Este rayo de luz, al igual que sucedió con el AVE, es otra promesa: el centro de datos que va a construir Meta (la matriz de Facebook) en Talavera de la Reina. Aunque los empleos directos no llegarán a los 300, la llegada de este gigante al municipio podría suponer un punto de inflexión para la economía de la ciudad. Pero para que todo esto suceda, las expectativas tienen que materializarse, de lo contrario todo podría quedar en un nuevo sueño como sucedió con el AVE.