
La mayor firma privada de real estate de Austria sigue desmoronándose. La matriz, Signa Holdings, se declaró en quiebra hace un mes, el mayor colapso inmobiliario desde la crisis financiera, y, esta semana, sus dos filiales principales también se acogen a la bancarrota, Signa Prime Selection y Signa Development Selection.
Sigma Prime Selection tiene entre sus activos el hotel de lujo Hyatt de Viena o el edificio histórico del Banco Postal de Ahorro, también situado en la capital austriaca. Además, cuenta con edificios comerciales y residenciales en Alemania o con un museo en Italia, entre otras selectas propiedades. Asimismo, Signa Development Selection tiene viviendas, oficinas y espacios comerciales en los mismos tres países.
La normativa austrica no permite hacer procesos de reestructuración conjuntos, lo que explica que las distintas filiales de Signa Holdings vayan acogiéndose a la quiebra una detrás de otra. Por eso, sus dos principales filiales han sido las últimas en caer esta semana después de que la empresa haya confirmado la bancarrota en un comunicado al que ha tenido acceso Bloomberg. Una ya ha presentado el procedimiento este jueves y la otra lo hará mañana viernes.
El plan de Signa es reestructurar la compañía y sus filiales mientras mantiene las operaciones. Para ello, los acreedores tienen que aceptar el plan de reestructuración que, como mínimo legal, debe rembolsar el 30% de la deuda. Hay 273 prestamistas afectados, según la firma que lleva el proceso en el tribunal vienés, KSV1870.
Uno de los acreedores damnificados que se ha conocido es el banco suizo Julius Baer. La entidad detalló en un comunicado su exposición a la firma inmobiliaria, que es de 650 millones de euros. El banco ha otorgado tres préstamos a Signa, garantizados con colaterales, según informa. Entre otros damnificados están BNP Paribas o el fondo soberano de Arabia Saudí.
La valoración total de sus activos inmobiliarios asciende a los 27.000 millones de euros brutos y tiene 25.000 millones más en desarrollo, según sus cifras. Signa ha tenido que paralizar varias de las obras que estaban en promoción cuando se acogió a la bancarrota.
Este imperio de hormigón se había levantado con un gran apalancamiento, lo que le ha dejado en una posición vulnerable tras el coronavirus, con la debilidad del comercio minorista y de las oficinas, y las subidas de los tipos de interés. Signa opera desde el año 2000 y Rene Benko es el magnate austriaco que está detrás de la firma.