
La okupación es uno de los fenómenos que en los últimos años más están inquietando a los propietarios, especialmente sobre aquellas viviendas que no se utilizan como domicilio habitual y que, por lo tanto, permanecen vacías durante largos periodos de tiempo. Pero también preocupa la vulnerabilidad de los domicilios habituales, puesto que en verano quedan deshabitadas durante días, semanas e incluso meses.
Recientemente, la Policía Nacional ha estado alertando de un método empleado por quienes tratan se usurpar casas vacías, ya sea para robar u okupar, que consiste en colocar testigos de plástico o hilos de pegamento en el marco de las puertas, de tal forma que este utensilio 'chive' a los delincuentes si se ha producido alguna entrada o salida al domicilio. Por ello, detenerse ante la puerta y fijarse en la presencia de estos utensilios nos dará a entender si nuestra casa ha estado bajo tentativa de ser abierta.
En cambio, si han decidido ir más allá y, efectivamente, han entrado al hogar, existen otros métodos para averiguar si la casa ha sido okupada. Estos pueden ser de gran ayuda en comunidades de vecinos, ya que si se tejen sencillas redes de colaboración unos pueden alertar a otros para actuar con premura y tomar las medidas legales oportunas. No obstante, conviene saber que la mayoría de okupaciones se producen en viviendas que son propiedad de entidades bancarias o fondos de inversión.
Indicios y signos
Para entrar en una vivienda, salvo que se cuente con la llave, los allanadores deben forzar una puerta o una ventana. Si se emplean herramientas como palancas, taladros o martillos, estas dejarán marcas visibles que indicarán que se ha intentado o logrado acceder al inmueble.
Si lo que se pretende es okupar la vivienda, lo habitual es que los nuevos inquilinos tomen como primera medida cambiar la cerradura, ya que de esta forma impedirán a los propietarios acceder a ella. Y si no optan por el cambio de cerradura, procurarán inmovilizar la puerta mediante otros métodos, como introducir pegamento en la cerradura o soldarla.
Puede que al forzar la puerta la hayan roto, estropeado o deteriorado. Por ello, puede darse que los delincuentes opten directamente por reemplazar la puerta. Este, sin duda también será un indicio de que algo ha podido ocurrir en la vivienda.
Para obtener energía gratuita, es habitual que se conecten de forma fraudulenta a una fuente de luz cercana. Por ello, la presencia de cables rotos, enchufes descolocados o empalmes puede también levantar sospechas.
Por último, los vecinos que vivan o pasen por las inmediaciones pueden estar atentos a los cambios de ruido procedentes de la vivienda. Estos también pueden delatar que, efectivamente, gente desconocida ha podido usurpar la casa.