
Actualmente tiene lugar en Europa una negociación de la Directiva de Eficiencia Energética de la Edificación. Se busca recalibrar las letras del certificado de eficiencia energética, y tratar el tema de la obligatoriedad de obras de mejora sobre el 15% más ineficiente del parque inmobiliario español construido.
Desde idealista indican que en mayo el Parlamento Europeo sacó adelante un acuerdo con la reforma de la Directiva de Eficiencia Energética de la Edificación. La directora de Proyectos de Green Building Council España, Raquel Díez, comenta al respecto: "Lo que está claro es que desde la UE se van a implantar normas mínimas de eficiencia energética para la vivienda, la dificultad es acordar el cómo. Y ahí está la discusión ahora".
Lejos todavía de conocerse su redacción definitiva. Las posiciones en esta Directiva podrían, al incluirse en la Ley española, obligar a los propietarios de viviendas con calificación mínima a hacer obras para mejorar hasta la etiqueta F, como requisito previo a la venta o al alquiler.
¿Dónde está el punto de fricción?
El debate se sitúa sobre las denominadas normas mínimas de eficiencia energética. Díez explica que: "El objetivo es armonizar el certificado energético en los países de la UE porque hasta ahora, salvo unos mínimos comunes, era muy disperso".
La Unión Europea busca un sistema de calificaciones con criterios objetivos comunes, aunque valorando las características propias de cada región climática. Pero Díez argumenta que: "El problema surge al decidir cómo se va a materializar esta armonización". Una posible solución sería un escalado auto-referenciado en cada país de las etiquetas energéticas. La letra G agruparía así al 15% menos sostenible de la vivienda construida, en todos los Estados miembros. Por su parte, la A sería un edificio 'Zero Emission Building'.
El Parlamento, la Comisión y el Consejo europeos dirimen frente a este ajuste una actuación de gran impacto para las viviendas europeas. Tienen en mente la urgencia para aplicar las medidas con que la UE quiere avanzar hacia un 2050 caracterizado por edificios residenciales que sean "neutrales climáticamente".
Así se aplicarán las normas mínimas
Pero Díez cree que el texto actual de la Comisión Europea es ambiguo a la hora de responder a cómo se aplicarán esas normas mínimas de eficiencia energética. "En una parte se dice que para 2030 todos los edificios de vivienda deben ser por lo menos letra F, lo que implicaría que muchas viviendas deban abordar su rehabilitación con urgencia. Sin embargo, en otras partes del texto se dice que esas viviendas deberían pasar a rehabilitación cuando haya condiciones que la desencadenen, como por ejemplo cuando se van a sacar a la venta o al alquiler".
Obligar a quienes vendan o alquilen vivienda, a obtener una calificación mínima de F para 2030 y de E para 2033, afectará profundamente al mercado de vivienda. Algunos observadores como GBCe consideran, entre otras advertencias, que las autoridades comunitarias deben precisar su significado.
Entonces, para Díez es poco coherente que "para vender una vivienda te obliguen a rehabilitarla, cuando por otro lado se está fomentando la rehabilitación integral del edificio por considerarla la medida más viable desde el punto de vista económico y técnico para las comunidades de propietarios".