Vivienda - Inmobiliario

La vivienda se encarece un 11% en las áreas metropolitanas y un 8,5% en las grandes ciudades

  • Las casas nuevas y usadas cuesta un 18,3 % menos que en 2007
  • La demanda se moderará debido a la incertidumbre económica

El mercado residencial se prepara para un cambio de ciclo marcado por el ajuste de precios y el descenso de las operaciones de compraventa. Por el momento, los últimos datos de la tasadora Tinsa apuntan que el precio de la casas nuevas y usadas subió un 8,4% interanual en diciembre de 2022 y un 0,4% mensual, moderando la tendencia alcista registrada en los meses previos. El valor medio de la vivienda se sitúa en niveles del verano de 2011.

Todas las zonas analizadas en la estadística Tinsa IMIE General y Grandes Mercados presentaron subidas interanuales en el último mes de 2022. El mayor repunte tuvo lugar en las áreas metropolitanas, cuyas viviendas se encarecieron un 10,9% respecto a diciembre de 2021.

Les siguen las capitales y grandes ciudades, con un alza de precios del 8,5% interanual; las localidades de interior y costa atlántica (7,3%); la costa mediterránea (5,2%), y las islas (2,2%). En términos mensuales (diciembre de 2022 sobre noviembre del mismo año), el precio de la vivienda subió un 0,4%, tasa inferior al 1,1% registrado en noviembre y al 1,6% de octubre.

Pese a ello, todas las zonas analizadas elevaron precios respecto a noviembre, especialmente la costa mediterránea (0,8%), mientras que la vivienda en capitales y grandes ciudades y en el resto de municipios se encareció un 0,5% en ambos casos.

"El nuevo impulso alcista observado en diciembre en el precio en la costa mediterránea hace pensar en un mercado residencial que continúa canalizando ahorros y se mantiene activo", explica Cristina Arias, directora del Servicio de Estudios de la tasadora.

La previsión de la firma es que el precio de la vivienda vaya ralentizando su crecimiento a medida que el impulso de la demanda se modere como consecuencia de la incertidumbre económica y el encarecimiento de la financiación.

"La constitución de nuevas hipotecas se modera ante las previsiones de desaceleración económica inducidas por el cambio en la política monetaria del Banco Central Europeo que endurece los criterios de concesión de préstamos. Aun así, la demanda se mantiene activa, especialmente en las grandes ciudades y sus áreas metropolitanas", explica Arias.

"Las compraventas muestran algunas señales de desaceleración en los últimos meses. Aun así, en términos acumulados el nivel de operaciones en 2022 ha sido elevado y, combinado con una oferta moderada, ha continuado impulsando los precios residenciales al alza", recuerda Arias.

La previsión es que el precio de la vivienda vaya ralentizando su crecimiento a medida que el impulso de la demanda vaya moderándose como consecuencia de la incertidumbre económica y el encarecimiento de la financiación.

Un 18,3% por debajo de 2007 

El valor medio de la vivienda nueva y usada alcanzó su máximo en el boom inmobiliario en diciembre de 2007, con el índice situado en 2.338 puntos (base 1000 en el año 2001). Este pasado mes de diciembre, cuando se cumplen el decimoquinto aniversario de ese punto de inflexión, el valor medio de la vivienda nueva y usada se situaba un 18,3% por debajo de entonces.

La brecha se reduce en las capitales y grandes ciudades, con un descenso del 17% respecto al máximo que este grupo alcanzó también en diciembre de 2007, y todavía más en los territorios insulares, donde la caída acumulada desde su máximo (febrero de 2008) es del 10,8%.

En el otro extremo, la costa mediterránea, que sufrió un profundo ajuste durante la crisis, se mantiene aún un 30,5% por debajo del máximo que alcanzó este grupo a la par que las islas, en febrero de 2008.

En las localidades más pequeñas de interior y costa atlántica agrupadas en 'resto de municipios', donde la recuperación se inició más tarde y a menor velocidad, se mantiene un 29,3% por debajo de su máximo valor medio en el pico del boom.

Este grupo, 'resto de municipios', ha visto incrementado el precio de la vivienda un 21,4% desde que tocara fondo tras la crisis financiera de 2008. Una evolución más lenta que la experimentada por las áreas metropolitanas, que se han revalorizado de media un 39% desde su mínimo (octubre de 2016) o el 43,2% de las capitales y grandes ciudades (febrero 2015).

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