Los precios de la vivienda se moderaron medio punto en el segundo trimestre con respecto a la variación registrada entre enero y marzo. En concreto, el Índice de Precios de Vivienda (IPV) del Instituto Nacional de Estadística (INE) publicado este jueves, avanzó un 8% interanual de abril a junio frente al 8,5% registrado en el periodo anterior.
Son 33 los trimestres al alza que acumula el índice de precios, más de ocho años en los que los precios de la vivienda libre no han dejado de ascender. Pese a que el dato del segundo trimestre supone un ligero retroceso sobre el repunte registrado en los tres primeros meses del año, el mayor en casi 15 años, el avance de los precios en lo que va de año sigue estando muy por encima del 6,4% interanual anotado el último trimestre de 2021.
La situación de incertidumbre global, con la inflación al alza y la guerra en Ucrania, estimula aún más la racha de subidas y reivindica al inmobiliario como un valor refugio en épocas de inestabilidad. "En estos momentos el principal obstáculo que existe para que el mercado pueda desarrollarse de forma sana es la escasez de stock", analiza María Matos, directora de Estudios y Portavoz de Fotocasa. Desde la agencia inmobiliaria estiman que la oferta de vivienda se ha reducido en más de un 30% con respecto al año anterior, lo que ocasiona un gran desequilibrio entre oferta y demanda que genera tensiones que dificultan una corrección en el precio.
No hay que olvidar que el segundo trimestre estuvo condicionado por la posible subida de tipos del Banco Central Europeo (BCE) que finamente se materializó en julio. Los rumores llevaron al euríbor a recuperar el terreno positivo en abril por primera vez desde enero de 2016, abriendo paso a una etapa de endurecimiento de las condiciones hipotecarias. "Esta casuística aceleró todavía más la situación de compra de los ciudadanos, quienes se apresuraron a cerrar las compraventas antes de la primera subida de tipos" Matos.
El precio de la vivienda nueva también modera las subidas. Se incrementó un 8,8% con respecto al segundo trimestre de 2021. Son 1,3 puntos menos que la tasa interanual registrada entre enero y marzo de este año. La poca oferta, la escasez de mano de obra en el sector de la construcción y los retrasos de los materiales contribuyen a que la obra nueva siga en ascenso.
También cedió, aunque en menor nivel, el precio de la vivienda usada, que aumentó un 7,9% interanual, tres décimas por debajo del crecimiento experimentado en el trimestre anterior aunque acumula también ocho años al alza.
Prácticamente en todo el territorio se replica la tendencia de moderación este trimestre. Analizando por comunidades, la tasa anual del IPV disminuyó en el segundo trimestre en todas las regiones, excepto en La Rioja y País Vasco, donde subió seis y dos décimas respectivamente. Los mayores descensos se registraron en Extremadura (-1,6 y -1,5).
Baleares, con una tasa del 10,9%, es la comunidad autónoma donde más se ha encarecido el precio de la vivienda libre. Le sigue Andalucía, con un alza del 10,2%. Se trata de las dos únicas comunidades con ascensos interanuales de dos dígitos.
Los repuntes interanuales más moderados, por su parte, se encontraron en Extremadura y Castilla-La Mancha, donde los precios subieron un 5,3% y un 6% en el año.
Mayor ralentización en tasa trimestral
La ralentización en las subidas también se refleja en la tasa intertrimestral. El precio de la vivienda repuntó un 1,9% entre abril y junio, siete décimas menos que en los tres primeros meses de este año, aunque la tendencia al alza en el precio de la vivienda acumula ya seis trimestres seguidos.
En el caso de las viviendas nuevas apenas se experimentó una variación trimestral del 0,1%, frente al crecimiento del 3,2% del primer cuarto del año. Las de segunda mano aumentaron un 2,3% entre abril y junio, una décima menos de lo que lo hicieron en el primer trimestre.
¿Qué cabe esperar del inmobiliario?
Los expertos apuestan por que las subidas de tipos que vienen enfríen el mercado y frenen el consumo de los hogares, también con respecto a la demanda de vivienda para comprar.
Con ese panorama, Mato no descarta que "los precios podrían estabilizarse, si la caída de la demanda es suficiente para que el mercado pueda seguir absorbiendo la actividad de forma saludable". Este cambio de tendencia no se espera que se materialice hasta el último trimestre del año.