
La vivienda nueva y usada es un 8,5% más cara que hace un año, según refleja la estadística Tinsa IMIE General y Grandes Mercados. Las áreas metropolitanas continúan liderando las subidas interanuales. En estas zonas el precio de la vivienda se ha incrementado un 9,5% en agosto respecto al año anterior, tal y como indican los datos de la tasadora. De cerca le siguen las localidades más pequeñas de interior y de la costa atlántica, agrupadas en resto de municipios, donde la vivienda se ha encarecido un 9,2% en el último año.
Por debajo de la media nacional, el valor medio en capitales y grandes ciudades es un 7,6% superior al de hace un año, seguido del incremento anual en las costa mediterránea, donde el precio de las viviendas ha crecido un 6,8%. El crecimiento es más contenido en las islas, donde el mercado se mantuvo activo tras el primer impacto de la pandemia, y muestra un valor medio un 3,5 % superior al de hace un año.
Cristina Arias, directora del Servicio de Estudios de Tinsa, apunta que de cara a la segunda mitad del año "la reducción del poder adquisitivo de los hogares derivada de una inflación creciente por encima del crecimiento de los salarios, la caída del índice de confianza del consumidor ante las perspectivas de menor crecimiento económico y el incremento de los tipos de interés que encarece las hipotecas pueden actuar como elementos desaceleradores del crecimiento de la demanda de producto residencial". En contraposición, la experta señala que "el incremento del precio de los alquileres derivado del trasvase de la demanda de compraventa a alquiler puede incentivar la demanda de inversión".
La desaceleración del crecimiento de la demanda combinada con una oferta limitada ejerce, según Arias, fuerzas contrapuestas en los precios residenciales. "En conjunto, se espera una desaceleración gradual del crecimiento de los precios a medida que los hogares vayan percibiendo la erosión de su poder adquisitivo", asegura.
Parón mensual
El precio del residencial repite el parón de años anteriores en la variación mensual y muestra en agosto un freno en la tendencia de crecimiento de los precios experimentada en meses anteriores, con un descenso del 0,8% respecto a julio. "Esta variación mensual negativa en agosto, liderada por las capitales y grandes ciudades y las islas, es recurrente en la serie de precios y tiene, por tanto, un componente estacional asociado al descenso de la actividad en el periodo vacacional", explica Arias.
Entre los grupos analizados, la mayor caída de precios dentro de un escenario de corrección moderada la protagonizaron las capitales y grandes ciudades, con un descenso del 0,9% entre julio y agosto, seguidas de los territorios insulares (-0,5% mensual), donde la evolución de precios llevaba varios meses moderándose. Tan solo las localidades más pequeñas del interior peninsular y de la costa atlántica aumentaron ligeramente su valor medio en agosto en tasa mensual, un 0,1%.