
La crisis del coronavirus empieza a infectar a las políticas de retribución al accionista, como era de esperar. Tras varias semanas hundiéndose en bolsa y con la venta de billetes bajo mínimos, Lufthansa ha decidido suspender el dividendo de 2019, año que ha cerrado con un ebit de 2.026 millones de euros, para reforzar la caja.
Así, la compañía alemana ha anunciado que propondrá a sus inversores que renuncien a su retribución en la próxima Junta General de Accionistas. "Teniendo en cuenta las perspectivas financieras del grupo y la crisis excepcional que enfrenta la industria de la aviación, la propuesta de suspender el dividendo para el año fiscal 2019 refleja el enfoque en preservar la liquidez. La política fundamental del grupo de distribuir del 20 al 40% de las ganancias netas no se ve afectada", informa la compañía aérea en un comunicado.
"Teniendo en cuenta las perspectivas financieras y la crisis excepcional que enfrenta la industria, la propuesta de suspender el dividendo refleja el enfoque en preservar la liquidez"
La medida anunciada por la aerolínea germana, la más grande Europa con 133.000 trabajadores y más de 800 aviones, puede suponer el pistoletazo de salida para que el resto de las compañías aéreas anulen o reduzcan radicalmente el pago del dividendo, debido a las tensiones de liquidez que está generando la crisis sanitaria en el sector, que cada vez tiene menos destinos a los que viajar y menos pasajeros que transportar.
En este punto, Willie Walsh, consejero delegado de IAG, ha apuntando que el futuro del dividendo de IAG está en manos de la Junta de Accionista y son ellos los que decidirán si lo cobran o no, mientras que Ryanair ha anunciado que va a cancelar la recompra de capital dentro de su plan de reducción de gastos para preservar la caja. En mayo del año pasado, la compañía aprobó la recompra de títulos por 700 millones de euros, una medida que se usa para retribuir al accionista y que, paralelamente, ayudaría a la compañía a mantener más del 50% de su capital en manos de accionistas de la UE.
Paralelamente, Lufthansa ha anunciado que va a reducir un 70% su operativa en las próximas semanas aunque, a diferencia de IAG, Ryanair o Air France-KLM, que han anunciado recortes de entre el 75 y el 90% para abril y mayo, no ha especificado durante cuanto tiempo mantendrá los vuelos bajo mínimos. La compañía que preside Carsten Spohr ya anunció a principios de marzo una reducción de su oferta de plazas del 50% por la caída de la demanda y el cierre de algunos mercados, como el italiano, pero las limitaciones impuestas de EEUU han supuesto un duro golpe para la compañía, que ya vio como la semana pasada las reservas caían un 50% respecto al mismo periodo del año pasado mientras las cancelación no dejan de crecer. En este contexto, las aerolíneas se ven obligadas en muchos casos a devolver el dinero de los billetes, lo que afecta a su caja.
La compañía tiene una caja de 4.300 millones y busca reforzarla
El grupo también está reduciendo los gastos en materiales y proyectos, tiene la intención de implementar un horario reducido con las ayudas del gobierno, y está negociando el aplazamiento de las inversiones previstas. "A pesar de estas medidas, el grupo espera que el EBIT ajustado en 2020 sea significativamente inferior al resultado del año anterior", explica la compañía en un comunicado. Lufthansa va a presentar los resultados el próximo 19 de marzo y prevé dar las previsiones de ingresos y resultados del año que viene, algo que IAG, easyJet y Ryanair aseguran que no pueden facilitar por la incertidumbre. "La situación cambia constantemente. Las decisiones se toman cada hora", aseguran fuentes del sector.
Pese a las perspectivas negativas, la aerolínea alemana, ha asegurado que va a reforzar su liquidez para asegurar sus supervivencia. La compañía tiene actualmente una caja de 4.300 millones de euros y líneas de crédito no utilizadas por 800 millones de euros. Además, ha recaudado fondos adicionales de alrededor de 600 millones en las últimas semanas y actualmente está buscando más fondos. Para ello, está negociando utilizar su flota, que tiene en propiedad en un 86% y cuyo valor en libros es de 10.000 millones de euros. Lufthansa puede vender los aviones y luego alquilarlos (sale & leaseback) para lograr liquidez.